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Capítulo 6: EL ORGANISMO HUMANOIDENTIDAD HUMANADESARROLLO HUMANOFUNCIONES BÁSICASAPRENDIZAJESALUD FÍSICASALUD MENTALCap�tulo 6: EL ORGANISMO HUMANOAunque los seres humanos son similares a otras especies en muchos aspectos, son �nicos entre las formas de vida de la Tierra por la habilidad que poseen para el uso del lenguaje y el pensamiento. Al haber desarrollado un cerebro grande y complejo, tienen la facilidad para pensar, imaginar, crear y aprender de la experiencia, lo cual est� lejos de ocurrir en alguna otra especie. Se ha utilizado dicha capacidad para crear tecnolog�a, literatura y obras de arte en una inmensa escala, as� como para desarrollar una comprensi�n cient�fica entre ellos y el mundo. De igual modo, son �nicos por la profunda curiosidad acerca de su naturaleza: �C�mo est�n hechos f�sicamente? �C�mo fueron formados? �De qu� manera est�n relacionados biol�gicamente con otras formas de vida y con nuestros antepasados? �En qu� se parecen o diferencian de los dem�s? �De qu� manera pueden conservar la salud? Mucho del quehacer cient�fico se centra en tales preguntas. Este capítulo presenta recomendaciones de lo que las personas
instruidas cient�ficamente deben conocer acerca de s� mismas como
especie. Tal conocimiento proporciona una base para la ampliaci�n
de la conciencia tanto de si mismo como de la sociedad. El capítulo
trata seis grandes aspectos del organismo humano: 1. identidad, 2.
des arrollo, 3. funciones b�sicas del cuerpo, 4. aprendizaje, 5. salud
f�sica y 6. salud mental. Se incluyen las recomendaciones sobre salud
f�sica y mental porque �stas ayudan a relacionar la comprensi�n cient�fica
del organismo humano con una �rea fundamental de inter�s com�n: el
bienestar personal.
IDENTIDAD HUMANAEn la mayor parte de los aspectos biol�gicos, los seres humanos son como cualesquiera otros organismos vivos. Por ejemplo, est�n constituidos de c�lulas como las de otros animales, tienen m�s o menos la misma composici�n qu�mica; poseen sistemas de �rganos y caracter�sticas f�sicas como muchos otros; se reproducen de manera semejante, llevan sistemas de informaci�n gen�tica de la misma clase y forman parte de una cadena alimentaria. Los testimonios moleculares y f�siles apoyan la creencia de que la especie humana, a semejanza de otras, evolucion� a partir de otros organismos. Las pruebas contin�an acumul�ndose, y los cient�ficos siguen debatiendo fechas y ascendencia; pero suelen aceptarse las l�neas generales de la historia. Los primates la clasificaci�n de organismos similares que incluye a los seres humanos, monos, antropoides y otras clases de mam�feroscomenzaron a evolucionar a partir de otros mam�feros hace menos de 100 millones de a�os. Varias especies de primates parecidos a los humanos comenzaron a aparecer y a ramificarse hace cinco millones de a�os, pero todas se extinguieron, excepto una. La sobreviviente condujo a la especie humana moderna. Al igual que otros organismos complejos, los seres humanos var�an en forma y talla, color de piel, proporciones del cuerpo, vello corporal, rasgos faciales, fuerza muscular, destreza, etc., pero estas diferencias son peque�as comparadas con las similitudes internas, como se demuestra en el hecho de que las personas de cualquier otra parte del mundo puedan mezclares f�sicamente con base en la reproducci�n, transfusiones sangu�neas y trasplantes de �rganos. De hecho, los seres humanos son una sola especie. Adem�s, tan grandes como parecen ser las diferencias culturales entre los diferentes grupos �tnicos, sus complejas lenguas, tecnolog�as y artes los distinguen de cualquier otra especie. Algunas otras especies se organizan socialmente sobre todo al asumir diferentes funciones especializadas, como defensa, recolecci�n de alimentos y reproducci�n; pero siguen pautas relativamente fijas, limitadas por su herencia gen�tica. Los seres humanos tienen una gama mucho m�s ampl�a de comportamiento social desde jugar cartas hasta cantar m�sica de coro, desde dominar varios idiomas hasta formular leyes. Uno de los acontecimientos m�s importantes en la historia de la especie humana fue el cambio de la caza y la recolecci�n por la agricultura hace unos 10 000 a�os, lo cual hizo posible el r�pido crecimiento de la poblaci�n. Durante ese temprano periodo de crecimiento, la inventiva social de la especie humana comenz� a construir pueblos y ciudades, ide� nuevos sistemas econ�micos y pol�ticos, empez� a conservar registros e hizo la guerra de manera organizada. Recientemente, la gran eficiencia en la agricultura y el control de enfermedades infecciosas han acelerado a�n m�s el crecimiento de la poblaci�n mundial, la cual rebasa ahora los 5 000 millones. As� como la especie humana es biol�gica, social y cultural, tambi�n
es tecnol�gica. En comparaci�n con otras especies, el g�nero humano
no es nada especial cuando se trata de velocidad, agilidad, fuerza,
resistencia, visi�n, audici�n o la capacidad de soportar condiciones
ambientales extremas. Sin embargo, la creaci�n de diversa tecnolog�a
mejora la habilidad para interactuar con el mundo f�sico. En cierto
modo, las nuevas invenciones han ayudado a compensar las desventajas
biol�gicas. Los registros escritos permiten compartir y compilar grandes
cantidades de informaci�n. Los veh�culos permiten un movimiento m�s
r�pido que los animales, viajar a trav�s de muchos medios (aun en
el espacio) y llegar a lugares remotos e inh�spitos. Los aparatos
brindan control delicado, as� como fuerza y velocidad prodigiosas.
Telescopios, c�maras, sensores infrarrojos, micr�fonos y otros instrumentos
extienden los sentidos visual, auditivo y t�ctil, al tiempo que aumentan
su sensibilidad. Las pr�tesis y las intervenciones quir�rgicas y qu�micas
permiten a las personas con incapacidades f�sicas funcionar de manera
adecuada en su medio.
DESARROLLO HUMANOEl ser humano se desarrolla a partir de una sola c�lula, formada
por la fusi�n de un �vulo y un espermatozoide; cada uno contribuye
con la mitad de la informaci�n gen�tica de la c�lula. Los ovarios
en las mujeres producen �vulos maduros, generalmente uno por ciclo
menstrual; los test�culos en los hombres generan espermatozoides en
grandes cantidades. La fecundaci�n de un �vulo por un espermatozoide
suele ocurrir despu�s de que los espermatozoides se depositan cerca
del �vulo. Pero no siempre ocurre la fecundaci�n, porque el dep�sito
del esperma puede llevarse a cabo cuando la mujer se encuentra en
su ciclo menstrual, momento en que ningún Ovulo está
presente, o uno de los cónyuges es incapaz de producir células
sexuales viables. También pueden utilizarse medidas anticonceptivas
para incapacitar a los espermatozoides, bloquear su camino hacia el
Ovulo, impedir la liberación de óvulos o evitarla implantación
del Ovulo fecundado. Algunas horas después de la concepción, el óvulo fecundado se divide en dos células idénticas, cada una de las cuales se divide pronto, una y otra vez, hasta que hay suficientes como para formar una pequeña esfera. Después de unos días, esta esfera se fija en la pared del Utero, en donde la placenta alimenta al embrión, permitiendo la trasferencia de sustancias entre la sangre de la madre y la del niño en desarrollo. Durante el primer trimestre de embarazo, las generaciones sucesivas de células se organizan para formar Organos; durante el segundo, se desarrollan todos los Organos y rasgos del cuerpo; por Ultimo, en el tercero, ocurre un mayor desarrollo y crecimiento. Estas pautas de desarrollo humano son similares a las de otros animales vertebrados, aunque el periodo de gestación puede ser muy diferente. El embrión en desarrollo puede estar en riesgo como consecuencia
de sus propios defectos genéticos, la salud poco favorable
de la madre, una dieta inadecuada durante el embarazo, o por la ingestión
materna de alcohol, tabaco u otras drogas. Si el desarrollo del niño
es incompleto en el momento del nacimiento, ya sea por salud deficiente
de la madre o nacimiento prematuro, el lactante puede no sobrevivir.
Después del nacimiento, los pequeños pueden estar en
peligro si hubo alguna lesión al nacer o infección durante
el parto o después de él. Por tanto, el índice
de muerte infantil varia en gran medida de un lugar a otro, dependiendo
de la calidad de saneamiento, higiene, nutrición prenatal y
atención médica. Aun para los niños que sobreviven,
las malas condiciones antes o después del nacimiento pueden
conducir a la disminución de las capacidades físicas
y mentales. En los niños normales, el desarrollo mental se caracteriza por la aparición regular de un conjunto de habilidades en etapas sucesivas. Estas incluyen un aumento de memoria hacia el final del primer mes, sonidos de habla en el primer ano, habla conexa para el segundo, capacidad de relacionar conceptos y categorías en el sexto, así como la habilidad de detectar la consistencia o inconsistencia de los argumentos en la adolescencia. El desarrollo de estos niveles de aptitud intelectual, cada vez más complejos, es una función tanto de la madurez cerebral como de las experiencias de aprendizaje. Si ciertas clases de est�mulos apropiados no est�n presentes cuando el ni�o est� en una etapa particularmente sensible de desarrollo, puede ocurrir que el desarrollo biol�gico y psicol�gico se dificulte o incluso no se lleve a cabo. Este periodo extraordinariamente largo del desarrollo humano--comparado con el de otras especies se relaciona con el papel prominente del cerebro en la evoluci�n humana. La mayor parte de las especies se encuentran muy limitadas en su repertorio de conducta, y para sobrevivir dependen de respuestas predecibles determinadas en gran parte por la programaci�n gen�tica; los mam�feros, y sobre todo los humanos, dependen mucho m�s de una conducta aprendida. Una ni�ez prolongada proporciona tiempo y oportunidades al cerebro para que se desarrolle en un instrumento eficaz para la vida inteligente. Esto ocurre no s�lo mediante el juego y la interacci�n con ni�os mayores o adultos, sino tambi�n a trav�s de la exposici�n a las palabras y artes de personas de otras partes del mundo y de otros tiempos en la historia. La capacidad para aprender persiste hasta el final de la vida y en ocasiones se perfecciona cuando el ser humano ha formado una base de ideas y llega a comprender de qu� manera aprende mejor. Las etapas del desarrollo ocurren a un ritmo que difiere un poco en cada individuo, como una funci�n de factores fisiol�gicos diferentes y experiencias distintas. La transici�n de una etapa a otra puede ser problem�tica, particularmente cuando los cambios biol�gicos son dr�sticos o cuando no concuerdan con las habilidades sociales o las expectativas de los dem�s. Sociedades distintas confieren un significado e importancia diferentes a las etapas del desarrollo, y a las transiciones de una a otra. Por ejemplo, la ni�ez se define legal, social y biol�gicamente, y su duraci�n y significado var�an en las distintas culturas y periodos hist�ricos. En los Estados Unidos, el comienzo de la pubertad la madurez del cuerpo como preparaci�n para poder reproducirse ocurre varios a�os antes de la edad que suele considerarse apropiada f�sica y psicol�gicamente para la paternidad y dem�s funciones adultas. El que los adultos lleguen a ser padres y el n�mero de hijos que tengan son aspectos determinados por una amplia variedad de factores personales, culturales y biol�gicos. La tecnolog�a se ha sumado en gran medida a las opciones de que dispone la gente para controlar su reproducci�n. Existen medios qu�micos y mec�nicos para prevenir, detectar y evitar que concluya un embarazo. A trav�s de ciertas medidas, como la terap�utica hormonal e inseminaci�n artificial, tambi�n es posible provocar embarazos deseados que de otro modo no ocurrir�an. Sin embargo, el uso de estas tecnolog�as para prevenir o facilitar el embarazo son discutibles y plantean cuestionamientos a las costumbres sociales, la �tica, las creencias religiosas, y aun la pol�tica. El envejecimiento es un proceso normal en todos los seres humanos, el cual todav�a no se ha comprendido con claridad. Sus efectos var�an considerablemente entre los individuos. En general, los m�sculos y las articulaciones tienden a hacerse menos flexibles, los huesos y m�sculos pierden algo de masa, disminuyen los niveles de energ�a y los sentidos se vuelven menos agudos. En las mujeres, un acontecimiento importante en el proceso de envejecimiento es la menopausia; entre los 45 y 55 a�os sufren un cambio mayor en la producci�n de hormonas sexuales, que provoca la interrupci�n de su ciclo menstrual y la liberaci�n de �vulos. El proceso de envejecimiento en los seres humanos se asocia no solamente con cambios en el sistema hormonal, sino tambi�n con enfermedades y lesiones, dietas, mutaciones que surgen y se acumulan en las c�lulas; desgaste de los tejidos, por ejemplo de las articulaciones que cargan peso; factores psicol�gicos y exposici�n a sustancias da�inas. La acumulaci�n lenta de agentes nocivos como dep�sitos en las arterias, da�o a los pulmones por fumar y lesiones en la piel por radiaciones, puede producir enfermedades graves. Algunas veces, los trastornos que aparecen tarde en la vida afectan el funcionamiento del cerebro, incluyendo la memoria y la personalidad. Adem�s, la disminuci�n de la capacidad f�sica y la p�rdida del papel social acostumbrado puede traer como consecuencia ansiedad o depresi�n. Por otro lado, muchas personas mayores son capaces de continuar viviendo bastante bien y pueden tener una vida independiente y activa sin tener periodos prolongados de incapacidad. Al parecer, hay un lapso m�ximo de vida para cada especie, incluida
la humana. Aunque algunos seres humanos viven m�s de 100 a�os, la
mayor�a no son tan longevos; el promedio de vida, incluyendo a los
individuos que mueren en la ni�ez, fluct�a desde los 35 a�os en algunas
poblaciones hasta los 75 en la mayor parte de las naciones industrializadas.
Los altos promedios se deben sobre todo a los bajos �ndices de mortalidad
en lactantes y ni�os; pero tambi�n a una mejor sanidad, dieta e higiene
para la mayor�a de la poblaci�n y una mejor atenci�n m�dica a los
ancianos. La expectativa de vida tambi�n var�a entre los diferentes
grupos socioecon�micos, as� como por el sexo. Las causas m�s comunes
de muerte difieren en las distintas edades, etnias y grupos econ�micos.
En los Estados Unidos, por ejemplo, los accidentes de tr�nsito mortales
son m�s comunes entre los varones j�venes; las enfermedades cardiacas
causan m�s muertes en hombres que en mujeres, y las enfermedades infecciosas
y los homicidios ocasionan m�s decesos entre los pobres que entre
los ricos.
FUNCIONES B�SICASEl cuerpo humano es un complejo sistema de c�lulas, la mayor parte de las cuales est�n agrupadas en sistemas de �rganos que tienen funciones especializadas. Estos sistemas pueden comprenderse mejor en t�rminos de las funciones esenciales que desempe�an: liberaci�n de energ�a a partir de los alimentos, protecci�n contra lesiones, coordinaci�n interna y reproducci�n. La necesidad continua de energ�a hace trabajar a los sentidos y los m�sculos esquel�ticos para obtener alimento; al aparato digestivo para desdoblar los alimentos en compuestos asimilables y desechar los materiales no digeridos; a los pulmones para aportar el oxigeno para la combusti�n de la comida y la eliminaci�n del di�xido de carbono producido; al aparato urinario para eliminar otras sustancias de desecho disueltas, provenientes de la actividad celular; a la piel y los pulmones para disipar el exceso de calor (en el cual se degrada finalmente la mayor parte de la energ�a de los alimentos), y al aparato circulatorio para movilizar todas estas sustancias hacia las c�lulas donde se requieren, o eliminar las que ah� se producen. Al igual que los dem�s organismos, los seres humanos tienen los medios para protegerse a s� mismos. La autoprotecci�n comprende el uso de los sentidos para detectar el peligro; el sistema hormonal estimula el coraz�n y activa el suministro de energ�a de urgencia, dando lugar a que los m�sculos se utilicen para la defensa o la evasi�n. La piel act�a como escudo contra sustancias y organismos da�inos, como par�sitos y bacterias. El sistema inmunol�gico protege contra las sustancias que logran penetrar en el cuerpo y contra las c�lulas cancerosas que espont�neamente se desarrollan en �l. El sistema nervioso desempe�a un papel muy importante en la supervivencia: hace posible el tipo de un aprendizaje que necesitan los seres humanos para enfrentar los cambios de su medio. El control interno requerido para el manejo y la coordinaci�n de
estos complejos sistemas, lo lleva a cabo el cerebro y el sistema
nervioso junto con las gl�ndulas secretoras de hormonas. Las se�ales
qu�micas y el�ctricas que conducen los nervios y las hormonas integran
al cuerpo como un todo. Las innumerables influencias mutuas entre
las hormonas y los nervios dan lugar a un sistema de ciclos coordinados
en casi todas las funciones del cuerpo. Los nervios pueden excitar
a ciertas gl�ndulas para que secreten hormonas, algunas hormonas afectan
a las c�lulas cerebrales, el cerebro por s� solo libera hormonas que
afectan la conducta humana, y las hormonas participan en la transmisi�n
de se�ales entre las c�lulas nerviosas. Algunos f�rmacos legales e
ilegales pueden afectar el cuerpo y el cerebro humanos, imitando o
bloqueando las hormonas y los neurotransmisores producidos por los
sistemas hormonal y nervioso. La reproducci�n asegura la preservaci�n
de la especie. El impulso sexual es de origen biol�gico; pero la manera
en que �ste se manifiesta entre los seres humanos est� determinado
por factores psicol�gicos y culturales. Los �rganos de los sentidos
y las hormonas est�n implicados, as� como los �rganos sexuales internos
y externos. El hecho de que la reproducci�n sexual produzca una variaci�n
gen�tica mayor al combinar los genes de los padres desempe�a una funci�n
clave en la evoluci�n.
APRENDIZAJEEntre los organismos vivos, la mayor parte del comportamiento es innato en el sentido de que cualquier miembro de una especie mostrar� de manera predecible cierta conducta sin haber tenido ninguna experiencia particular que conduzca a ella (por ejemplo, un sapo que atrapa una mosca que se desplaza dentro de su campo visual). Sin embargo, algo de este potencial innato de conducta requiere que el individuo lo desarrolle en un ambiente completamente normal de est�mulos y experiencias. En los seres humanos, por ejemplo, el habla en un ni�o se desarrollar� sin ning�n entrenamiento especial si el peque�o puede escuchar e imitar el habla en su propio medio. Cuanto m�s complejo es el cerebro de una especie, m�s flexible es su repertorio conductual. Las diferencias en la conducta de los individuos se originan en parte en las predisposiciones heredadas y parcialmente en sus distintas experiencias. Hay un estudio cient�fico continuo sobre las funciones relativas de la herencia y el aprendizaje, pero ya es claro que el comportamiento resulta de la interacci�n de dichas funciones, no de una simple suma de las dos. Al parecer, la sola capacidad humana para trasmitir ideas y pr�cticas de una generaci�n a otra, as� como de inventar otras nuevas, ha resultado en las variaciones pr�cticamente ilimitadas en las ideas y conductas que se asocian con las diferentes culturas. El aprendizaje de habilidades musculares ocurre sobre todo mediante la pr�ctica. Si una persona ejercita los m�sculos una y otra vez de la misma manera (lanzando una pelota), el modelo del movimiento puede tornarse autom�tico y ya no necesitar� ninguna atenci�n consciente. El grado de habilidad que se obtiene a la larga depende de las capacidades innatas del individuo, la cantidad de pr�ctica y la retroalimentaci�n de informaci�n y recompensa. Con una pr�ctica suficiente, una gran serie de conductas pueden convertirse casi en autom�ticas (manejar un auto por la misma ruta de costumbre, por ejemplo). En este caso, una persona no tiene que concentrarse en detalles de coordinaci�n de vista y movimientos corporales, y puede, por as� decirlo, entablar una conversaci�n al mismo tiempo. En una urgencia, toda la atenci�n se puede enfocar r�pidamente en las demandas inusuales de la tarea. El aprendizaje generalmente comienza en los �rganos sensoriales, a trav�s de los cuales el ser humano recibe informaci�n sobre su cuerpo y el mundo f�sico y social que lo rodea. La manera en la que cada persona percibe o experimenta esta informaci�n depende no s�lo del est�mulo mismo, sino tambi�n del contexto f�sico en el que ocurre y de numerosos factores sociales, psicol�gicos y f�sicos del espectador. Los sentidos no les dan a las personas una imagen id�ntica del mundo, sino que responden a cierta gama de estimulaci�n (el ojo, por ejemplo, es sensible s�lo a una peque�a fracci�n del espectro electromagn�tico). Adem�s, los sentidos filtran y codifican selectivamente la informaci�n, d�ndole a algunos est�mulos m�s importancia, como cuando un padre que duerme oye llorar al beb�, y a otros menos importancia, como cuando una persona se adapta a un olor desagradable y ya no lo percibe pasado un tiempo. Experiencias, expectativas, motivaciones y niveles emocionales pueden afectar todas las percepciones. Gran parte del aprendizaje parece ocurrir por asociaci�n: si dos est�mulos aferentes llegan al cerebro m�s o menos al mismo tiempo, es posible que se unan en la memoria y una percepci�n conduzca a la anticipaci�n de la otra. Las acciones, al igual que las percepciones, pueden ser asociativas. En el nivel m�s simple posible, la conducta que acompa�a o sigue a sensaciones agradables es probable que se repita, mientras que aquella seguida por sensaciones desagradables es menos probable que ocurra de nuevo. La conducta que tiene consecuencias agradables o desagradables s�lo ocurrir� con mayor o menor probabilidad cuando est�n presentes dichas condiciones especiales. La fuerza del aprendizaje suele depender de que tan cerca se juntan los est�mulos en el tiempo y con qu� frecuencia ocurren al mismo tiempo. Sin embargo, puede haber ciertos efectos sutiles. Por ejemplo, un acontecimiento �nico y muy poco placentero tras una conducta particular puede dar por resultado que se evite la conducta incluso despu�s. Por otra parte, recompensar una conducta espec�fica aun de vez en cuando puede resultar en conducta muy persistente. Pero mucho del aprendizaje no es tan mec�nico. Las personas tienden a aprender mucho a partir de la imitaci�n deliberada de los dem�s. El aprendizaje no consiste s�lo en sumar nueva informaci�n o conductas. Las asociaciones se aprenden no s�lo de las percepciones y actos, sino de las representaciones abstractas de ellas en la memoria, esto es, entre ideas. El pensamiento humano implica la interacci�n de ideas, e ideas acerca de ideas; as�, puede producir muchas asociaciones internamente sin ning�n est�mulo sensorial nuevo. Las ideas de las personas pueden afectar el aprendizaje al cambiar
la interpretaci�n de nuevas percepciones y pensamientos: la gente
tiende a responder a la informaci�n, o a buscarla para apoyar las
ideas que previamente posee y, por otro lado, a pasar por alto la
informaci�n que es incompatible con sus pensamientos. Si la informaci�n
que causa conflicto no pasa inadvertida, puede provocar una reorganizaci�n
del pensamiento para que tenga sentido la informaci�n nueva, con la
informaci�n previa. Las reorganizaciones sucesivas de una u otra parte
de las ideas de la gente resulta generalmente de la confrontaci�n
de �stas con informaci�n o circunstancias nuevas. Dicha reorganizaci�n
es esencial para el proceso de maduraci�n humana, y puede continuar
durante toda la vida.
SALUD F�SICAPara estar en buena condici�n funcional, el cuerpo humano requiere una variedad de alimentos y experiencias. La cantidad de energ�a proveniente de los comestibles (calor�as) que una persona necesita var�a de acuerdo con la talla, la edad, el sexo, el nivel de actividad y el �ndice metab�lico. Aparte de la energ�a, el funcionamiento normal del cuerpo requiere sustancias que aumenten o reemplacen los materiales de los cuales est� hecho: grasas no saturadas, cantidades m�nimas de una docena de elementos cuyos �tomos desempe�an funciones clave, y peque�as cantidades de algunas sustancias que las c�lulas humanas no pueden sintetizar incluyendo algunos amino�cidos y vitaminas. La condici�n normal de la mayor parte de los sistemas del cuerpo requieren que �stos lleven a cabo sus funciones adaptativas: por ejemplo, los m�sculos deben efectuar movimientos, los huesos deber�n soportar cargas, y el coraz�n deber� bombear la sangre de manera eficaz. Por tanto, el ejercicio regular es importante para mantener saludable el sistema cardiopulmonar, conservar el tono muscular e impedir que los huesos se tornen fr�giles. Una salud satisfactoria tambi�n depende de evitar la exposici�n excesiva a sustancias que interfieren con el funcionamiento del cuerpo. Entre las principales se encuentran aquellas que cada individuo puede controlar: tabaco (causante de c�ncer en el pulm�n, enfisema y lesiones cardiacas), drogas (implicadas en la desorientaci�n ps�quica y alteraciones del sistema nervioso) y grandes cantidades de alcohol (el cual tiene efectos negativos sobre el h�gado, cerebro y coraz�n). Adem�s, el ambiente puede contener concentraciones peligrosas de sustancias como plomo, algunos pesticidas e is�topos radiactivos, que pueden ser da�inas para los seres humanos. Por tanto, la buena salud de los individuos tambi�n depende del esfuerzo humano colectivo para vigilar el aire, la tierra y el agua, y tomar medidas que puedan resguardarlos. Otros microorganismos tambi�n pueden interferir en el funcionamiento normal del cuerpo humano. Algunas clases de bacterias u hongos pueden infectar al cuerpo para formar colonias en �rganos o tejidos espec�ficos. Los virus invaden las c�lulas sanas y hacen que �stas sinteticen m�s virus, matando, generalmente, a aquellas c�lulas en el proceso. Una enfermedad infecciosa tambi�n puede ser causada por par�sitos, los cuales se establecen en los intestinos, el torrente sangu�neo o los tejidos. La primera l�nea de defensa propia del cuerpo contra los agentes infecciosos es impedir la entrada o el establecimiento de dichos microorganismos en �l. Los mecanismos de protecci�n incluyen la piel para que los bloquee, las l�grimas y la saliva para sacarlos y las secreciones estomacales y vaginales para matarlos. Los medios relacionados con la protecci�n en contra de microorganismos invasores incluyen conservar limpia la piel, comer adecuadamente, evitar alimentos y l�quidos contaminados y, en general, evitar la exposici�n innecesaria a las enfermedades. La siguiente l�nea de defensa del cuerpo es el sistema inmunol�gico. Los gl�bulos blancos act�an sitiando a los invasores o produciendo anticuerpos espec�ficos que los atacar�n (o facilitar�n el ataque por otros leucocitos). Si el individuo sobrevive a la invasi�n, algunos de estos anticuerpos permanecen junto con la capacidad de producir r�pidamente muchos m�s. A�os despu�s, o incluso durante toda la vida, el sistema inmunol�gico estar� listo para ese tipo de microorganismos y ser� capaz de limitar o prevenir la enfermedad. Una persona puede "pescar un catarro" muchas veces debido a que existen muchas variedades de g�rmenes que causan s�ntomas similares. Las reacciones al�rgicas son causadas por fuertes respuestas inmunitarias inusuales a ciertas sustancias del ambiente, como las que se encuentran en el polen, el pelaje de los animales o ciertos alimentos. Algunas veces, el sistema inmunol�gico humano puede no funcionar bien y atacar inclusive a las c�lulas sanas. Algunas enfermedades v�rales como el SIDA, destruyen c�lulas importantes del sistema inmunol�gico, dejando al cuerpo sin protecci�n, a merced de m�ltiples agentes infecciosos y c�lulas cancerosas. Sin embargo, las enfermedades infecciosas no son la �nica amenaza a la salud humana. Las partes o sistemas del cuerpo pueden funcionar de manera inadecuada por razones meramente internas. Se sabe que algunas alteraciones en el funcionamiento de los procesos corporales se deben a genes anormales. Estos pueden tener un efecto directo obvio, como causar hemorragia f�cil, o pueden s�lo incrementar la susceptibilidad del cuerpo para desarrollar enfermedades particulares, como depresi�n mental u obstrucci�n de arterias. Dichos genes pueden haberse adquirido por herencia o ser el resultado de la mutaci�n de una o varias c�lulas durante el desarrollo del propio individuo. Puesto que el funcionamiento adecuado de un solo gen o de un par puede ser suficiente para llevar a cabo una buena funci�n, muchas enfermedades gen�ticas no aparecen a menos que un gen defectuoso se herede de ambos padres (quienes, por la misma raz�n, pueden no haber tenido s�ntomas de la enfermedad). El hecho de que la mayor�a de las personas vivan ahora en escenarios
f�sicos y sociales muy diferentes de aquellos a los cuales la psicolog�a
humana estaba adaptada desde hac�a ya mucho tiempo, es un factor que
determina la salud de la poblaci�n en general. Una "anormalidad" moderna
en los pa�ses industrializados es la dieta, que alguna vez inclu�a
sobre todo verduras crudas y derivados animales, pero que ahora contiene
cantidades excesivas de az�car refinada, grasas saturadas, sal, y
tambi�n cafe�na, alcohol, nicotina y otros f�rmacos. La falta de ejercicio
es otro cambio del estilo de vida, mucho m�s activo en la prehistoria.
De igual manera, existen contaminantes ambientales y tensi�n psicol�gica
por vivir en aglomeraci�n, agitaci�n y un ambiente social de cambios
muy r�pidos. Por otro lado, nuevas t�cnicas m�dicas, sistemas de parto
eficientes y saludables, el mejoramiento de la sanidad y una comprensi�n
p�blica m�s completa de la naturaleza de la enfermedad da a los seres
humanos de hoy una mejor oportunidad para permanecer sanos que la
que tuvieron sus antepasados.
SALUD MENTALLa buena salud mental comprende la interacci�n de los sistemas psicol�gico, biol�gico, fisiol�gico, social y cultural. Suele consider�rsele como la capacidad de enfrentar las circunstancias ordinarias que la gente encuentra en su vida cotidiana personal, profesional y social. Sin embargo, las ideas sobre lo que constituye la buena salud mental var�an de una cultura a otra y de un tiempo a otro. La conducta que en una cultura se considera insensata, en otra puede calific�rsela como mera excentricidad o hasta inspiraci�n divina. En algunas culturas, a un individuo se le puede clasificar como enfermo mental si �ste expresa con persistencia su desacuerdo con las autoridades religiosas o pol�ticas. Asimismo, diferir�n las ideas sobre lo que constituye un tratamiento adecuado para los diferentes estados mentales. La evidencia de cierto pensamiento anormal que pudiera ser castigado deliberadamente en una cultura, podr�a ser tratado en otras culturas por medio de participaci�n social, aislamiento, apoyo social incrementado, oraciones, entrevistas prolongadas o procedimientos m�dicos. Los individuos difieren de manera importante en su capacidad para enfrentar medios generadores de estr�s. La tensi�n en la ni�ez puede ser particularmente dif�cil de tratar y, puesto que puede conformar la experiencia y el pensamiento subsecuentes del ni�o, puede tener efectos duraderos en la salud psicol�gica y la adaptaci�n social de una persona. La gente tambi�n difiere en su manera de enfrentar el trastorno psicol�gico cuando �ste ocurre. Con frecuencia, las personas reaccionan a la angustia mental negando que tienen un problema psicol�gico. Aun cuando reconozcan que sufren una alteraci�n, pueden argumentar que no tienen dinero, tiempo, ni apoyo social necesario para buscar ayuda. Los trastornos de conducta prolongados pueden causar fuertes reacciones por parte de la familia, supervisores de trabajo y autoridades civiles, que aumentan a�n m�s la tensi�n en el individuo. El diagn�stico y tratamiento de los trastornos mentales pueden ser muy dif�ciles porque la mayor parte de la vida mental de los individuos no es accesible ni siquiera para ellos. Cuando se recuerda el nombre de alguien, por ejemplo, el nombre parece s�lo venir a nosotros la mente consciente no tiene idea de cu�l fue el proceso de b�squeda. Del mismo modo, se puede experimentar miedo, coraje, o depresi�n sin saber por qu�. De acuerdo con algunas teor�as sobre el trastorno mental, estos sentimientos pueden resultar de pensamientos preocupantes o de recuerdos que no pueden volverse conscientes porque se encuentran bloqueados. En los tratamientos basados en tales teor�as, pueden buscarse pistas sobre pensamientos inconscientes en los sue�os o los lapsus linguae de los pacientes, de modo que se alienta al paciente para que hable larga y libremente, a fin de que exprese las ideas que lo preocupan para poder tratarlo. Algunos tipos de trastornos psicol�gicos graves, que alguna vez se pens� que eran solamente espirituales y mentales, tienen una base en la anormalidad biol�gica. La destrucci�n del tejido cerebral por tumores o vasos sangu�neos rotos, puede producir una variedad de s�ntomas de conducta, que dependen de las partes afectadas del cerebro. Por ejemplo, las lesiones cerebrales pueden afectar la capacidad para reunir palabras de manera comprensible o para entender el habla de los dem�s, tambi�n puede causar arrebatos emocionales sin sentido. La deficiencia o exceso de algunas sustancias qu�micas producidas en el cerebro pueden causar alucinaciones y depresi�n cr�nica. El deterioro mental que ocurre algunas veces en el anciano puede ser producto de enfermedad real del cerebro. La anormalidad biol�gica no necesariamente produce la disfunci�n psicol�gica por s� sola, pero hace a los individuos muy vulnerables a otras causas del trastorno. Por el contrario, los estados emocionales intensos tienen algunos
efectos bioquímicos claros. El miedo y el coraje favorecen
la liberación de hormonas en el torrente sanguíneo,
lo cual prepara al cuerpo para la acción pelear o volar. La
angustia psicológica puede afectar también la vulnerabilidad
de un individuo a la enfermedad biológica. Existen algunas
pruebas de que los estados emocionales intensos o crónicos
pueden producir algunas veces alteraciones en los sistemas nervioso,
visceral e inmunológico. Por ejemplo, el miedo, el enojo, la
depresión y hasta la decepción pueden conducir al desarrollo
de cefaleas, ulceras e infecciones. Estos efectos pueden hacer al
individuo aún más vulnerable a la tensión psicológica
creando un circulo vicioso de disfunción. Por otro lado, hay
pruebas de que los contactos sociales y el apoyo pueden mejorar la
capacidad del individuo para resistir ciertas enfermedades o minimizar
sus efectos. |
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