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Capítulo 1: LA NATURALEZA DE LA CIENCIA

LA VISI�N DEL MUNDO CIENTÍFICO

INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

EL PROYECTO CIENTÍFICO


Capítulo 1: LA NATURALEZA DE LA CIENCIA

A lo largo de la historia de la humanidad, se han desarrollado y probado muchas ideas relacionadas entre s� sobre los �mbitos f�sico, biol�gico, psicol�gico y social. Dichas ideas han permitido a las generaciones posteriores entender de manera cada vez m�s clara y confiable a la especie humana y su entorno. Los medios utilizados para desarrollar tales ideas son formas particulares de observar, pensar, experimentar y probar, las cuales representan un aspecto fundamental de la naturaleza de la ciencia y reflejan cu�nto difiere �sta de otras formas de conocimiento.

La uni�n de la ciencia, las matem�ticas y la tecnolog�a conforma el quehacer cient�fico y hace que �ste tenga �xito. Aunque cada una de estas empresas humanas tiene su propio car�cter e historia, son interdependientes y se refuerzan entre s�. De acuerdo con ello, en los tres primeros cap�tulos de RECOMENDACIONES se esbozan perfiles de la ciencia, las matem�ticas y la tecnolog�a, que ponen de relieve sus papeles en la labor cient�fica y revelan algunas semejanzas y conexiones entre ellas.

En este capítulo se dan recomendaciones sobre qu� conocimientos del modo en que opera la ciencia son requisitos para la formaci�n cient�fica. Se hace hincapi� en tres principales temas: 1. la visi�n del mundo cient�fico, 2. los m�todos cient�ficos de investigaci�n y 3. la naturaleza del trabajo cient�fico. En los cap�tulos 2 y 3 se considera en qu� difieren las matem�ticas y la tecnolog�a de la ciencia en general. En los cap�tulos del 4 al 9 se presentan visiones del mundo seg�n la ciencia actual; en el cap�tulo 10 se tratan episodios clave en el desarrollo de la ciencia; y en el 11 se re�nen ideas que intersectan todas estas concepciones del mundo. Comienzo

LA VISI�N DEL MUNDO CIENTÍFICO 

Los cient�ficos comparten ciertas creencias y actitudes b�sicas acerca de lo que hacen y la manera en que consideran su trabajo. Estas tienen que ver con la naturaleza del mundo y lo que se puede aprender de �l.

El mundo es comprensible

La ciencia presume que las cosas y los acontecimientos en el universo ocurren en patrones consistentes que pueden comprenderse por medio del estudio cuidadoso y sistem�tico. Los cient�ficos creen que a trav�s del intelecto, y con la ayuda de instrumentos que extiendan los sentidos, las personas pueden descubrir pautas en toda la naturaleza.

La ciencia tambi�n supone que el universo, como su nombre lo indica, es un sistema �nico y vasto en el que las reglas b�sicas son las mismas dondequiera. El conocimiento que se obtiene estudiando una parte del universo es aplicable a otras. Por ejemplo, los mismos principios de movimiento y gravitaci�n que explican la ca�da de los objetos sobre la superficie de la Tierra tambi�n dan cuenta del movimiento de la Luna y los planetas. Estos mismos principios, con algunas modificaciones que se les han hecho a trav�s de los a�os, se han aplicado a otras fuerzas y al movimiento de cualquier objeto, desde las part�culas nucleares m�s peque�as hasta las estrellas m�s voluminosas, desde veleros hasta naves espaciales, desde balas hasta rayos de luz.

Las ideas cient�ficas est�n sujetas a cambio

La ciencia es un proceso de producci�n de conocimientos que depende tanto de hacer observaciones cuidadosas de los fen�menos como de establecer teor�as que les den sentido. El cambio en el conocimiento es inevitable porque las nuevas observaciones pueden desmentir las teor�as prevalecientes. Sin importar qu� tan bien explique una teor�a un conjunto de observaciones, es posible que otra se ajuste igual o mejor, o que abarque una gama m�s amplia de observaciones. En la ciencia, comprobar, mejorar y de vez en cuando descartar teor�as, ya sean nuevas o viejas, sucede todo el tiempo. Los cient�ficos dan por sentado que aun cuando no hay forma de asegurar la verdad total y absoluta, se pueden lograr aproximaciones cada vez m�s exactas para explicar el mundo y su funcionamiento.

El conocimiento cient�fico es durable

Aunque los cient�ficos rechazan la idea de alcanzar la verdad absoluta y aceptan cierta incertidumbre como parte de la naturaleza, la mayor parte del conocimiento cient�fico es durable. La modificaci�n de las ideas, m�s que su rechazo absoluto, es la norma en la ciencia; asimismo, construcciones poderosas tienden a sobrevivir y crecer con mayor precisi�n y llegan a ser aceptadas ampliamente. Por ejemplo, Albert Einstein, al formular la teor�a de la relatividad, no descart� las leyes del movimiento de Newton, sino que demostr� que eran solamente una aproximaci�n de aplicaci�n limitada dentro de un concepto m�s general. (La Administraci�n Aeron�utica Nacional y del Espacio utiliza la mec�nica newtoniana, por ejemplo, para calcular las trayectorias de sat�lites.) Adem�s, la creciente habilidad de los cient�ficos para hacer predicciones exactas acerca de los fen�menos naturales evidencia de manera convincente que en realidad se est� avanzando en el conocimiento de c�mo funciona el mundo. La continuidad y la estabilidad son tan caracter�sticas de la ciencia como lo es el cambio, y la confianza es tan prevaleciente como el car�cter experimental.

La ciencia no puede dar respuestas completas a todas las preguntas

Hay muchos asuntos que no pueden examinarse adecuadamente desde el punto de vista cient�fico. Por ejemplo, hay creencias que por su propia naturaleza no se pueden probar o refutar (como la existencia de fuerzas y seres sobrenaturales o los verdaderos prop�sitos de la vida). En otros casos, una aproximaci�n cient�fica que puede ser v�lida es probable que sea rechazada como irrelevante por las personas que abrigan ciertas creencias (como milagros, predicci�n de la fortuna, astrolog�a y superstici�n). Los cient�ficos tampoco cuentan con los medios para resolver las cuestiones relativas al bien y al mal, aunque pueden contribuir en ocasiones a su an�lisis identificando las consecuencias probables de acciones especificas, lo cual puede ser �til para sopesar las alternativas. Comienzo

 

INVESTIGACI�N CIENTÍFICA

Fundamentalmente, las diversas disciplinas cient�ficas son semejantes en cuanto que dependen de la evidencia, el empleo de hip�tesis y teor�as, los tipos de l�gica que utilizan y muchos aspectos m�s. Sin embargo, los cient�ficos difieren en gran medida entre s� respecto a los fen�menos que investigan y la forma en que lo hacen: en la confianza que tienen en los datos hist�ricos o los hallazgos experimentales y en los m�todos cualitativos y cuantitativos; en la medida en que usan los principios fundamentales, y en el grado en que contribuyen a los descubrimientos de otras ciencias. No obstante, el intercambio de t�cnicas, informaci�n y conceptos ocurre todo el tiempo entre los cient�ficos, y hay acuerdos entre ellos acerca de lo que constituye una investigaci�n cient�ficamente v�lida. No es f�cil describir la pesquisa cient�fica separada del contexto de investigaciones particulares. No se trata s�lo de una serie de pasos que los cient�ficos siguen siempre, ni un camino que los conduzca infaliblemente al conocimiento profundo. Sin embargo, hay ciertas caracter�sticas de la ciencia que le dan un car�cter distintivo como modo de investigaci�n. Aunque dichos rasgos son especialmente caracter�sticos del trabajo de estos profesionales, todo mundo puede practicarlos pensando cient�ficamente acerca de muchos temas de inter�s en la vida cotidiana.

La ciencia exige evidencia

Tarde o temprano, se establece la validez de los enunciados cient�ficos en relaci�n con las observaciones de los fen�menos. Por tanto, los cient�ficos se concentran en la obtenci�n de datos precisos. Tal evidencia se logra mediante observaciones y mediciones que se hacen en situaciones que van desde ambientes naturales (un bosque) hasta entornos completamente artificiales (un laboratorio). Para hacer sus observaciones,, los investigadores utilizan sus propios sentidos, instrumentos que los intensifican (microscopios) e instrumentos que detectan caracter�sticas muy diferentes de las que los seres humanos pueden sentir (campos magn�ticos). Los cient�ficos observan pasivamente (temblores, migraciones de aves), forman colecciones (rocas, conchas), y prueban de manera activa el mundo (horadan la corteza terrestre o administran medicamentos experimentales).

En algunas circunstancias, los cient�ficos pueden controlar las condiciones deliberada y precisamente para obtener una evidencia. Por ejemplo, pueden controlar la temperatura, cambiar la concentraci�n de las sustancias qu�micas o seleccionar los organismos que se aparear�n. Al variar s�lo una condici�n a la vez, pueden identificar sus efectos exclusivos sobre lo que pasa, sin oscurecimiento por cambios ocurridos en otras condiciones. Sin embargo, con frecuencia no pueden controlarse las condiciones (estudio de las estrellas), o el control no es �tico (investigaci�n de personas) o es probable que �ste distorsione los fen�menos naturales (estudio de animales salvajes en cautiverio). En tales casos, las observaciones se deben hacer dentro de una gama suficientemente amplia de condiciones que ocurren de manera natural para inferir cu�l podr�a ser la influencia de los diversos factores. Debido a esta confianza en la evidencia, se le da un gran valor al desarrollo de mejores instrumentos y t�cnicas de observaci�n, y los hallazgos de cualquier investigador o grupo generalmente son verificados por otros estudiosos.

La ciencia es una mezcla de l�gica e imaginaci�n

Aunque se pueden utilizar todos los tipos de imaginaci�n y pensamiento en el desarrollo de hip�tesis y teor�as, tarde o temprano los argumentos cient�ficos deben ajustarse a los principios del razonamiento l�gico; esto es, someter a prueba los argumentos mediante la aplicaci�n de ciertos criterios de inferencia, demostraci�n y sentido com�n. Los cient�ficos a menudo pueden estar en desacuerdo sobre el valor de un dato en particular o acerca de la idoneidad de los supuestos espec�ficos que se han hecho y, por tanto, diferir respecto de las conclusiones que est�n justificadas. Pero suelen concordar en los principios del razonamiento l�gico que interrelacionan la evidencia y las hip�tesis con las conclusiones.

Los cient�ficos no trabajan solamente con datos y teor�as bien desarrolladas. Con frecuencia s�lo cuentan con hip�tesis tentativas sobre la forma en la que pueden ser los hechos. Dichas suposiciones se utilizan ampliamente en la ciencia para escoger qu� datos son relevantes, qu� datos adicionales se buscan, as� como para guiar la interpretaci�n de �stos. De hecho, el proceso de formular y probar las hip�tesis es una de las actividades cardinales de los cient�ficos. Para ser �til, una hip�tesis debe sugerir qu� evidencia podr�a sostenerla y cu�l refutarla. Una suposici�n que en principio no puede someterse a la prueba de la evidencia puede ser interesante, pero no es probable que sea cient�ficamente �til.

El uso de la l�gica y el examen detallado de la evidencia son necesarios pero, en general, no son suficientes para el avance de la ciencia. Los conceptos cient�ficos no surgen autom�ticamente de los datos o de cualquier otra cantidad de an�lisis por s� solos. Formular hip�tesis o teor�as para imaginar c�mo funciona el mundo y despu�s deducir c�mo pueden �stas someterse a la prueba de la realidad es tan creativo como escribir poes�a, componer m�sica o dise�ar rascacielos. En algunas ocasiones, los descubrimientos de la ciencia se hacen de manera inesperada, incluso por accidente. Pero suelen requerirse el conocimiento y la perspicacia creativa para reconocer el significado de lo inesperado. Aspectos de datos que pasaron inadvertidos para un cient�fico, pueden conducir a otro a nuevos descubrimientos.

La ciencia explica y predice

Los cient�ficos se esfuerzan por darle sentido a las observaciones de los fen�menos mediante la formulaci�n de explicaciones que se apoyan en los principios cient�ficos aceptados com�nmente o que son compatibles con ellos. Dichas explicaciones teor�as pueden ser generales o restringidas, pero deben ser l�gicas e incorporar un conjunto significativo de observaciones v�lidas cient�ficamente. La credibilidad de las teor�as cient�ficas con frecuencia proviene de su capacidad para mostrar relaciones entre fen�menos que previamente parec�an inconexos. Por ejemplo, la teor�a de la deriva continental es m�s cre�ble en la medida que ha mostrado relaciones entre fen�menos diversos, como sismos, volcanes, compatibilidad entre tipos de f�siles de continentes distintos, formas de los continentes y contornos de los fondos oce�nicos.

La esencia de la ciencia es la validaci�n mediante la observaci�n. Pero no es suficiente que las teor�as cient�ficas concuerden solamente con las observaciones que ya se conocen; en primer lugar, tambi�n deben ajustarse a observaciones adicionales que no se hayan utilizado para formularlas; es decir, las teor�as deben tener poder predictivo. Demostrar esto �ltimo no significa necesariamente predecir acontecimientos futuros. Las predicciones pueden referirse a evidencias del pasado que no se han descubierto o estudiado todav�a. Por ejemplo, una teor�a acerca de los or�genes de los seres humanos se puede probar por medio de nuevos descubrimientos de restos f�siles parecidos a los humanos. Es claro que este enfoque es necesario para reconstruir los sucesos en la historia de la Tierra o de las formas de vida sobre ella; tambi�n es indispensable para el estudio de los procesos que ocurren, por lo general muy lentamente, como la formaci�n de monta�as o el envejecimiento de las estrellas. Estas �ltimas, por ejemplo, evolucionan con mayor lentitud de lo que se puede observar. Sin embargo, las teor�as al respecto pueden predecir relaciones insospechadas entre las caracter�sticas de la luz estelar que, entonces, pueden buscarse en los acervos de datos sobre estrellas.

Los cient�ficos tratan de identificar y evitar prejuicios

Al enfrentarse con una declaraci�n de que algo es cierto, los cient�ficos preguntan qu� evidencia la respalda. Pero la evidencia cient�fica puede estar prejuiciada, seg�n el modo de interpretar los datos, el registro o informe de �stos o incluso en la elecci�n de los que se consideren m�s importantes. Respecto a los cient�ficos, la nacionalidad, el sexo, el origen �tnico, la edad, las convicciones pol�ticas, etc., pueden inclinarlos a buscar o destacar uno u otro tipo de evidencia o interpretaci�n. Por ejemplo, los del sexo masculino enfocaron durante muchos a�os el estudio de los primates en la conducta social competitiva de los machos. No fue sino hasta que algunas cient�ficas participaron en el estudio cuando se reconoci� la importancia de la conducta de la hembra en el establecimiento de las comunidades de primates. Los prejuicios atribuibles al investigador, la muestra, el m�todo o el instrumento no pueden evitarse por completo en cada instancia, pero los cient�ficos est�n interesados en conocer las posibles fuentes de prejuicio y la manera en que este �ltimo puede influir en la evidencia. Los cient�ficos buscan estar lo m�s alerta posible en su propio trabajo, as� como en el de sus colegas (y se espera que as� lo hagan), aunque no siempre se logra tal objetividad. Una forma de resguardarse contra los prejuicios en cualquier �rea de estudio es contar con muchos investigadores o grupos de estudiosos diferentes trabajando en ella.

La ciencia no es autoritaria

En la ciencia, como en otros terrenos similares, es apropiado apoyarse en fuentes confiables de informaci�n y opini�n, generalmente en personas especializadas en disciplinas pertinentes. Pero las autoridades acreditadas se han equivocado muchas veces en la historia de la ciencia. Sin embargo, a la larga, ning�n cient�fico famoso o de alta jerarqu�a est� autorizado para decidir por otros lo que es verdad, ya que nadie tiene el monopolio de �sta. No hay conclusiones preestablecidas que los cient�ficos deban alcanzar con base en sus investigaciones.

En el corto plazo, las nuevas ideas que no armonizan bien con las de la corriente principal pueden toparse con cr�ticas acres, y los cient�ficos que indagan tales ideas pueden tener dificultad para obtener apoyo en su investigaci�n. De hecho, los retos que enfrentan las nuevas ideas constituyen la tarea leg�tima de la ciencia en el establecimiento del conocimiento v�lido. Incluso los cient�ficos m�s prestigiados se han negado en ocasiones a aceptar nuevas teor�as a pesar de que �stas hayan acumulado evidencias suficientes para convencer a otros. Sin embargo, las teor�as se juzgan finalmente por sus resultados: cuando alguien presenta una versi�n nueva o mejorada que explica m�s fen�menos o responde preguntas m�s importantes que la versi�n previa, aqu�lla acaba por sustituir a �sta. Comienzo

EL PROYECTO CIENT�FICO

La ciencia como proyecto tiene dimensiones individuales, sociales e institucionales. La actividad cient�fica es una de las principales caracter�sticas del mundo contempor�neo y, quiz� m�s que ninguna otra, distingue a la �poca actual de los siglos anteriores.

La Ciencia es una actividad social compleja

El trabajo cient�fico involucra a muchas personas que realizan muchos tipos distintos de tareas, y contin�a, en cierto grado, en todas las naciones del mundo. Hombres y mujeres de todas las etnias y nacionalidades participan en la ciencia y sus aplicaciones. Estas personas cient�ficos, ingenieros, matem�ticos, f�sicos, t�cnicos, programadores de computadoras, bibliotecarios y otros se dedican al quehacer cient�fico, ya sea en beneficio propio o por un prop�sito pr�ctico espec�fico, y pueden estar interesados tanto en la recopilaci�n de datos, formulaci�n de teor�as, construcci�n de instrumentos como en la comunicaci�n.

Como actividad social, la ciencia refleja de manera inevitable los puntos de vista y los valores de la sociedad. La historia de la teor�a econ�mica, por ejemplo, ha comparado el desarrollo de las ideas de justicia social en alguna �poca, los economistas consideraron que el salario �ptimo de los trabajadores no deber�a exceder de aquel que les permitiera apenas sobrevivir. Antes del siglo XX, y ya bien avanzado �ste, principalmente las mujeres y las personas de color eran excluidas de la mayor parte de la ciencia por medio de restricciones en su educaci�n y las oportunidades de empleo; los pocos que venc�an aquellos obst�culos era probable que aun entonces sufrieran el menosprecio de su trabajo por parte del establishment de la ciencia.

La direcci�n de la investigaci�n cient�fica es afectada por influencias informales dentro de la cultura de la misma ciencia, como la opini�n prevaleciente sobre qu� cuestiones son las m�s interesantes o qu� m�todos de investigaci�n pueden ser m�s fruct�feros. Se han desarrollado complejos procesos que involucran a los propios cient�ficos para decidir qu� propuestas de investigaci�n recibir�n fondos, y comit�s de cient�ficos revisan regularmente el progreso en varias disciplinas para establecer prioridades generales de financiamiento. La ciencia contin�a en muchos ambientes distintos. Los cient�ficos encuentran empleo en universidades, hospitales, negocios e industrias, gobierno, organizaciones de investigaci�n independientes y asociaciones cient�ficas. Pueden trabajar solos, en grupos peque�os o como miembros de grandes equipos de investigaci�n. Los lugares de trabajo incluyen salones de clase, oficinas, laboratorios, y �mbitos naturales que van desde el espacio exterior hasta el fondo del mar.

Debido a la naturaleza social de la ciencia, la difusi�n de la informaci�n cient�fica es fundamental para su progreso. Algunos cient�ficos presentan sus descubrimientos y teor�as en ensayos que se leen en juntas o se publican en revistas cient�ficas, lo cual les permite informar a otros sobre su trabajo, exponer sus ideas a la cr�tica de sus colegas y, desde luego, estar al tanto de los desarrollos cient�ficos alrededor del mundo. El avance en la ciencia de la informaci�n (el conocimiento de la naturaleza de la informaci�n y su manejo) y el desarrollo de tecnolog�as de la informaci�n, principalmente sistemas de c�mputo, afectan a todas las ciencias. Esas tecnolog�as aceleran la recopilaci�n y el an�lisis de datos; permiten realizar nuevos tipos de an�lisis y acortan el tiempo entre el descubrimiento y la aplicaci�n.

La ciencia se organiza en un conjunto de disciplinas y la dirigen diversas instituciones

Desde el punto de vista organizacional, la ciencia puede considerarse como el conjunto de todos los distintos campos cient�ficos o disciplinas. Desde la antropolog�a hasta la zoolog�a, hay docenas de estas disciplinas, las cuales se diferencian entre s� en muchos aspectos, incluyendo historia, fen�menos de estudios, t�cnicas y lenguaje y tipos de resultados deseados. Sin embargo, respecto al prop�sito y la filosof�a, todas son igualmente cient�ficas y juntas integran la misma labor cient�fica. La ventaja de tener disciplinas es que proporcionan una estructura conceptual para organizar la investigaci�n y sus hallazgos. La desventaja es que sus divisiones no concuerdan necesariamente con la manera en que funciona el mundo, y pueden dificultar la comunicaci�n. De cualquier modo, las disciplinas cient�ficas no tienen fronteras fijas. La f�sica invade la qu�mica, la astronom�a y la geolog�a, as� como la qu�mica se imbrica con la biolog�a y la psicolog�a, etc. Las nuevas disciplinas cient�ficas, astrof�sica y sociobiolog�a, por ejemplo, est�n en formaci�n continua en los limites de las dem�s. Algunas disciplinas crecen y se dividen en subdisciplinas, las cuales posteriormente se convierten en disciplinas por derecho propio.

Las universidades, la industria y el gobierno tambi�n forman parte de la estructura del quehacer cient�fico. La investigaci�n universitaria generalmente hace hincapi� en el conocimiento por s� mismo, aunque gran parte de �l tambi�n se dirige a la resoluci�n de problemas pr�cticos. Las universidades, desde luego, est�n comprometidas a educar a las futuras generaciones de cient�ficos, matem�ticos e ingenieros. Las industrias y empresas ponen �nfasis en las investigaciones que tienen fines pr�cticos; pero muchas tambi�n patrocinan las que no tienen aplicaciones inmediatas, parcialmente con base en la premisa de que su aplicaci�n en el largo plazo ser� fruct�fera. El gobierno federal financia gran parte de la investigaci�n que se realiza en las universidades e industrias, pero tambi�n apoya y dirige la que se lleva a cabo en sus muchos laboratorios nacionales y centros de investigaci�n. Las fundaciones privadas, los grupos de inter�s p�blico y los gobiernos estatales tambi�n apoyan la investigaci�n.

Las agencias de financiamiento influyen en la direcci�n de la ciencia en virtud de las decisiones respecto a qu� proyecto de investigaci�n le brindar�n apoyo. Otros controles deliberados sobre la ciencia provienen de las regulaciones del gobierno federal, y en ocasiones del local, acerca de las pr�cticas de investigaci�n que se consideran peligrosas y sobre el tratamiento de los seres humanos y animales utilizados en experimentos.

Hay principios �ticos generalmente aceptados en la pr�ctica cient�fica

La mayor�a de los cient�ficos se rigen por las normas �ticas de la ciencia. Las tradiciones fuertemente arraigadas de registros precisos, franqueza y repetici�n, apoyadas por el an�lisis cr�tico del trabajo del investigador por sus compa�eros, sirven para mantener a la gran mayor�a de cient�ficos dentro de los l�mites del comportamiento �tico profesional. Sin embargo, en ocasiones, la presi�n por obtener renombre o lograr primero la publicaci�n de una idea u observaci�n conduce a que algunos de ellos oculten informaci�n o incluso falsifiquen sus descubrimientos. Tales violaciones de la naturaleza misma de la ciencia obstaculizan el quehacer cient�fico, aunque al ser descubiertas, son condenadas con severidad por la comunidad cient�fica y las agencias que financian la investigaci�n.

Otro dominio de la �tica cient�fica se asocia con el posible da�o que podr�a resultar de los experimentos cient�ficos. Un aspecto es el tratamiento que se da a los sujetos vivos de experimentaci�n. La �tica cient�fica moderna tiene como norma el respeto a la salud, la comodidad y el bienestar de los animales. Por otra parte, la investigaci�n que involucra seres humanos s�lo puede llevarse a cabo con el consentimiento informado de los individuos, aun cuando este imperativo limite algunas clases de investigaci�n muy importantes o influya en los resultados. El consentimiento entra�a informaci�n completa sobre riesgos y futuros beneficios de la investigaci�n, y el derecho a negarse a participar. Adem�s, los cient�ficos no deben poner, a sabiendas, en riesgo la salud o la propiedad de colaboradores, estudiantes, vecinos o la comunidad sin su conocimiento y consentimiento.

La �tica cient�fica tambi�n se relaciona con los posibles efectos da�inos al aplicar los resultados de la investigaci�n. Las repercusiones de largo plazo pueden ser impredecibles; pero s� se puede tener una idea de qu� aplicaciones se esperan del trabajo cient�fico conociendo qui�n est� interesado en financiarlo. Por ejemplo, si el Departamento de Defensa ofrece contratos para trabajar en el �rea de las matem�ticas te�ricas, los matem�ticos pueden inferir que esto tendr� aplicaci�n en la nueva tecnolog�a militar y, por tanto, es probable que est� sujeto a medidas de discreci�n. Algunos cient�ficos aceptan el secreto industrial o militar, pero otros lo rechazan. Si un cient�fico decide trabajar en cierta investigaci�n de gran riesgo potencial para la humanidad, como armas nucleares o guerra bacteriol�gica, muchos hombres de ciencia lo consideran como un asunto de �tica personal, no profesional.

Los cient�ficos intervienen en asuntos p�blicos como especialistas y como ciudadanos

Los cient�ficos pueden aportar informaci�n, ideas y habilidades anal�ticas para enfrentar asuntos de inter�s p�blico. A menudo, pueden ayudar al p�blico y a sus representantes a comprender las causas probables de fen�menos, como desastres naturales y tecnol�gicos, y a estimar los posibles efectos de las pol�ticas propuestas, como las repercusiones ecol�gicas de diversos m�todos de agricultura. Con frecuencia, pueden declarar hasta lo que no es posible. En este papel consultivo, se espera que los cient�ficos sean muy cuidadosos al tratar de distinguir los hechos de la interpretaci�n, los descubrimientos de la especulaci�n y la opini�n; es decir, se espera que empleen a fondo los principios de la investigaci�n cient�fica.

Aun as�, los cient�ficos rara vez pueden dar respuestas definitivas a problemas de debate p�blico. Algunas cuestiones son demasiado complejas para encajar dentro del �mbito actual de la ciencia, o se cuenta con poca informaci�n confiable o los valores implicados est�n fuera de la ciencia. Adem�s, aunque puede haber en cualquier momento un amplio consenso en la mayor parte del conocimiento cient�fico, el acuerdo no se extiende a todos los �mbitos de la ciencia y menos a�n a todos los problemas sociales relacionados con �sta. Y, por supuesto, no se deber�a dar credibilidad especial a las opiniones de los cient�ficos cuando las cuestiones sean ajenas a su �mbito de competencia.

En sus estudios, los investigadores hacen todo lo posible por evitar prejuicios, tanto propios como ajenos. Pero en asuntos de inter�s p�blico, puede esperarse que los hombres de ciencia como cualquier otra persona est�n prejuiciados cuando entran en juego sus propios intereses personales, corporativos, institucionales o comunitarios. Por ejemplo, debido a su compromiso con la ciencia, es comprensible que muchos cient�ficos no sean muy objetivos en sus convicciones acerca de c�mo �sta recibe financiamiento en comparaci�n con otras necesidades sociales. Comienzo

 


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