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Capítulo 3: LA NATURALEZA DE LA TECNOLOG�A

TECNOLOGÍA Y CIENCIA

DISEÑO Y SISTEMAS

LAS CONSECUENCIAS DE LA TECNOLOGÍA


Capítulo 3: LA NATURALEZA DE LA TECNOLOG�A

Desde que el ser humano apareci� sobre la Tierra hay tecnolog�a. De hecho, las t�cnicas utilizadas en la elaboraci�n de instrumentos se toman como una evidencia contundente de los albores de la cultura humana. En general, la tecnolog�a ha sido una fuerza poderosa en el desarrollo de la civilizaci�n, m�s a�n cuando se ha fraguado su v�nculo con la ciencia. La tecnolog�a lo mismo que el lenguaje, el ritual, los valores, el comercio y las artes es una parte intr�nseca de un sistema cultural y les da forma y refleja los valores del sistema; adem�s, es una empresa social compleja que incluye no solamente la investigaci�n, el dise�o y las artes, sino tambi�n las finanzas, la fabricaci�n, la administraci�n, el trabajo, la comercializaci�n y el mantenimiento en el mundo actual.

En el sentido m�s ampl�o, la tecnolog�a aumenta las posibilidades para cambiar el mundo: cortar, formar o reunir materiales; mover objetos de un lugar a otro; llegar m�s lejos con las manos, voces y sentidos. El ser humano se sirve de la tecnolog�a para intentar transformar el mundo af�n de que se adapte mejor a sus necesidades. Tales cambios pueden referirse a requerimientos de sobrevivencia como alimento, refugio o defensa; o pueden relacionarse con aspiraciones humanas como el conocimiento, el arte o el control. Pero los resultados de cambiar el mundo son con frecuencia complicados e impredecibles; pueden incluir beneficios, costos y riesgos inesperados los cuales pueden afectar a diferentes grupos sociales en distintos momentos. Por tanto, anticipar los efectos de la tecnolog�a es tan importante como prever sus potencialidades.

En este cap�tulo se presentan recomendaciones acerca del conocimiento relacionado con la naturaleza de la tecnolog�a que se requiere para la formaci�n cient�fica y se destacan las formas de pensar que pueden contribuir a utilizarla con sensatez. Las ideas se dividen en tres grupos: 1. la relaci�n de la ciencia y la tecnolog�a 2. los principios de la tecnolog�a misma, y 3. el v�nculo entre �sta y la sociedad. En el cap�tulo 8 se presentan principios aplicables a algunas de las tecnolog�as clave del mundo de hoy. El cap�tulo 10 contiene comentarios sobre la revoluci�n industrial. El cap�tulo 12 menciona algunas habilidades pertinentes para participar en un mundo tecnol�gico. Comienzo

 

TECNOLOG�A Y CIENCIA

La tecnolog�a recurre a la ciencia y la enriquece

En el pasado, la tecnolog�a se origin� en la experiencia personal con las propiedades de las cosas y con las t�cnicas para manipular�as, fuera del saber pr�ctico trasmitido de expertos a aprendices durante muchas generaciones. El conocimiento pr�ctico que se trasmite actualmente no es s�lo el arte de profesionales aislados, sino tambi�n un vasto conjunto de palabras, n�meros y cuadros que describen y marcan directrices. Pero tan importante como el conocimiento pr�ctico acumulado es la contribuci�n a la tecnolog�a que proviene del entendimiento de los principios que subyacen en la forma en que se comportan las cosas; es decir, desde la perspectiva de la comprensi�n cient�fica.

La ingenier�a, la aplicaci�n sistem�tica del conocimiento cient�fico al desarrollo y uso pr�ctico de la tecnolog�a, ha pasado de ser un arte a una ciencia por s� misma. El conocimiento cient�fico ofrece un medio para estimar cu�l ser� el comportamiento de las cosas incluso antes de hacerlas u observarlas. Adem�s, la ciencia con frecuencia sugiere nuevos tipos de conducta que nunca se hab�an imaginado antes, y as� conduce a nuevas tecnolog�as. Los ingenieros usan el conocimiento de la ciencia y la tecnolog�a, junto con estrategias de dise�o, para resolver los problemas pr�cticos.

A su vez, la tecnolog�a aporta los ojos y los o�dos de la ciencia y tambi�n algo del m�sculo. La computadora electr�nica, por ejemplo, ha conducido a un progreso sustancial en el estudio de sistemas atmosf�ricos, patrones demogr�ficos, estructura gen�tica y otros sistemas complejos que no hubieran sido posibles de otra manera. La tecnolog�a es esencial a la ciencia para efectos de mediciones, recopilaci�n de datos, tratamiento de muestras, computaci�n, transporte hacia los sitios de investigaci�n (como la Ant�rtida, la Luna y el fondo del oc�ano), colecci�n de muestras, protecci�n de materiales peligrosos y comunicaci�n. Cada vez m�s, se est�n desarrollando nuevos instrumentos y t�cnicas a trav�s de la tecnolog�a que hacen posible el avance de varias l�neas de investigaci�n cient�fica.

Sin embargo, la tecnolog�a no solamente provee herramientas para la ciencia, tambi�n ofrece motivaci�n y gu�a para la teor�a e investigaci�n. Por ejemplo, la teor�a de la conservaci�n de la energ�a se desarroll� en gran parte debido al problema tecnol�gico de aumentar la eficiencia de las m�quinas de vapor comerciales. La identificaci�n de las localizaciones de todos los genes en el ADN humano ha sido motivada por la tecnolog�a de la ingenier�a gen�tica, lo cual hace posible dicha identificaci�n y brinda una raz�n para hacerlo.

A medida que las tecnolog�as se hacen cada vez m�s complejas, sus interrelaciones con la ciencia se fortalecen. En algunos campos, como la f�sica del estado s�lido (que incluye transistores y superconductores), la habilidad de hacer algo y la capacidad para estudiarlo son tan interdependientes que la ciencia y la ingenier�a apenas pueden separarse. La nueva tecnolog�a requiere con frecuencia una comprensi�n nueva, al tiempo que las nuevas investigaciones necesitan a menudo tecnolog�a nueva.

La ingenier�a combina la investigaci�n cient�fica y los valores pr�cticos

La ingenier�a es el componente de la tecnolog�a que est� ligado de manera m�s estrecha con la investigaci�n cient�fica y los modelos matem�ticos. En su sentido m�s amplio, la ingenier�a consiste en el an�lisis de un problema y en el dise�o de su soluci�n. El m�todo b�sico concibe primero un enfoque general y luego resuelve los detalles t�cnicos de la construcci�n de los objetos (como un motor de autom�vil, un chip de computadora o un juguete mec�nico) o procesos requeridos, (como la irrigaci�n, la votaci�n de una opini�n o la prueba de un producto).

Mucho de lo que se ha dicho sobre la naturaleza de la ciencia se aplica tambi�n a la ingenier�a, particularmente el uso de las matem�ticas, la interacci�n de la creatividad y la l�gica, el anhelo de ser original, la variedad de personas que intervienen, las especialidades profesionales, la responsabilidad p�blica, etc. De hecho, hay m�s individuos con t�tulo de ingenieros que aquellos que se denominan cient�ficos, y muchos de estos �ltimos est�n desarrollando trabajo que podr�a describirse como ingenier�a y tambi�n como ciencia. De manera similar, muchos ingenieros est�n dedicados a la ciencia. Los cient�ficos observan patrones en los fen�menos para hacer m�s comprensible el mundo; los ingenieros tambi�n los ven para hacer el mundo manipulable.

Los cient�ficos buscan demostrar que las teor�as concuerdan con los datos; los matem�ticos tratan de proporcionar la prueba l�gica de las relaciones abstractas; los ingenieros intentan demostrar que funciona lo que han dise�ado. Los cient�ficos no pueden ofrecer respuestas a todas las preguntas; los matem�ticos son incapaces de probar todas las conexiones posibles; los ingenieros no pueden plantear soluciones a todos los problemas. Pero la ingenier�a afecta al sistema social y la cultura de manera m�s directa que la investigaci�n cient�fica, con implicaciones inmediatas para el �xito o fracaso de las empresas humanas y para el beneficio o da�o personal. Las decisiones en el �rea de ingenier�a, ya sea para dise�ar el cerrojo de un aeroplano o un sistema de irrigaci�n, entra�an de manera inevitable valores sociales y personales, as� como juicios cient�ficos. Comienzo

 

DISE�O Y SISTEMAS

La ingenier�a dise�a con restricciones

Todo dise�o de ingenier�a opera con restricciones que se deben identificar y tomar en cuenta. Un tipo de limitaci�n es absoluta por ejemplo, las leyes f�sicas como la conservaci�n de la energ�a, o las propiedades f�sicas como los limites de flexibilidad, conductividad el�ctrica y fricci�n. Otros tipos tienen cierta flexibilidad: econ�mica (s�lo se cuenta con determinada cantidad de dinero para tal prop�sito), pol�tica (regulaciones municipales, estatales y nacionales), social (oposici�n p�blica), ecol�gica (alteraci�n probable del ambiente natural) y �tica (desventajas para algunas personas, riesgo para generaciones futuras). Un dise�o �ptimo toma en consideraci�n todas las restricciones y asume cierto compromiso razonable entre ellas. Alcanzar tales grados de dise�o incluyendo, en ocasiones, la decisi�n de no desarrollar a�n m�s una tecnolog�a particular requiere tomar en cuenta valores personales y sociales. Aunque el dise�o puede en ocasiones requerir solamente decisiones rutinarias acerca de la combinaci�n de componentes conocidos, con frecuencia entra�a gran creatividad al inventar nuevas aproximaciones al problema, nuevos componentes y nuevas combinaciones y gran innovaci�n al observar nuevos problemas o nuevas posibilidades.

Pero no existe el dise�o perfecto. Adaptarse adecuadamente a una limitante, puede provocar a veces conflicto con las dem�s. Por ejemplo, el material m�s ligero puede no ser el m�s fuerte; o la forma m�s eficiente tal vez no sea la m�s segura o agradable desde el punto de vista est�tico. Por tanto, cada problema se presta a muchas alternativas de soluci�n, dependiendo de qu� valor le den las personas a las diferentes restricciones. Por ejemplo, �es m�s deseable la fuerza que la ligereza, y el aspecto m�s importante que la seguridad? La tarea es llegar a un dise�o que equilibre de manera razonable los diversos intereses, en el entendimiento de que ning�n dise�o puede ser al mismo tiempo el m�s seguro, el m�s confiable, el m�s eficiente, el m�s barato y as� sucesivamente.

Es poco pr�ctico dise�ar un objeto o proceso aislado sin considerar el contexto amplio en el cual se usar�. La mayor parte de los productos tecnol�gicos tienen que operarse, mantenerse, repararse en ocasiones y por �ltimo reemplazarse. En virtud de que todas estas actividades afines entra�an costos, tambi�n deben considerarse. Un aspecto similar que cada d�a cobra mayor importancia en relaci�n con las tecnolog�as m�s complejas es la necesidad de contar con personal capacitado para venderlas, operar�as, mantenerlas y repararlas. En particular, cuando la tecnolog�a avanza r�pidamente, la capacitaci�n puede implicar un costo elevado. As�, mantener baja la demanda de personal puede ser otra limitante del dise�o.

Los dise�os casi siempre requieren pruebas, sobre todo cuando son raros o complicados, cuando el producto o proceso final es probable que sea caro o peligroso, o cuando la falla tiene un costo muy alto. Las pruebas de rendimiento de un dise�o pueden llevarse a cabo utilizando productos terminados, pero hacerlo as� puede ser prohibitivamente dif�cil o costoso. Por tanto, con frecuencia se realizan empleando modelos f�sicos a peque�a escala, simulaciones en computadora, an�lisis de sistemas an�logos (por ejemplo, animales de laboratorio sustituyen a seres humanos, desastres s�smicos reemplazan desastres nucleares), o s�lo se prueban componentes aislados.

Todas las tecnolog�as entra�an control

Todos los sistemas, desde el m�s simple hasta el m�s complejo, requieren control para mantenerlos en operaci�n adecuada. La esencia del control es comparar informaci�n sobre qu� es lo que sucede con lo que se quiere que suceda y entonces hacer ajustes apropiados. El control necesita de manera t�pica retroalimentaci�n (desde sensores u otras fuentes de informaci�n) y comparaciones l�gicas de esa informaci�n para las instrucciones (y tal vez para la entrada de otros datos) y un medio para activar los cambios. Por ejemplo, un horno para cocinar es un sistema muy simple que compara la informaci�n de un sensor de temperatura con un dispositivo de control, y aumenta o disminuye el calor para mantener la temperatura casi constante. Un autom�vil es un sistema m�s complejo, constituido de subsistemas para controlar la temperatura del motor, el �ndice de combusti�n, la direcci�n, la velocidad, etc., y para modificarlos cuando cambien las circunstancias inmediatas o las instrucciones. La electr�nica en miniatura hace posible el control l�gico en una gran variedad de sistemas t�cnicos. Casi todos los enseres dom�sticos que se utilizan en la actualidad incluyen microprocesadores para controlar su funcionamiento, excepto los m�s sencillos.

A medida que los controles aumentan en complejidad, requieren tambi�n coordinaci�n, lo cual significa estratos adicionales de manejo. El mejoramiento en la comunicaci�n r�pida y el procesamiento de informaci�n a grandes velocidades hace posible la existencia de sistemas de control muy elaborados. Sin embargo, todos los sistemas tecnol�gicos incluyen componentes humanos, as� como mec�nicos o electr�nicos. Incluso el sistema m�s automatizado requiere manejo humano en alguna fase para programar los elementos de control integrados; para vigilarlos; para tomar el mando cuando no funcionen de manera adecuada, o para modificarlos cuando cambien los prop�sitos del sistema. El control �ltimo radica en el personal que comprende con cierta profundidad el prop�sito y la naturaleza del proceso de control, y el contexto dentro del cual opera �ste.

Toda tecnolog�a tiene siempre efectos colaterales

Adem�s de los beneficios esperados, es probable que la producci�n y aplicaci�n de todo dise�o tenga efectos secundarios no intencionales. Por un lado, pueden presentarse beneficios inesperados. Por ejemplo, las condiciones de trabajo pueden resultar m�s seguras cuando los materiales se moldean que cuando se estampan, y los materiales dise�ados para sat�lites espaciales pueden resultar �tiles en productos de consumo. Por otro lado, las sustancias o procesos que intervienen en la producci�n pueden da�ar a los trabajadores o al p�blico general; por ejemplo, operar una computadora puede afectar los ojos del usuario y aislarlo de sus compa�eros. Asimismo, el trabajo puede verse afectado al aumentar el empleo de personas que intervienen en la nueva tecnolog�a, al disminuir el empleo para aquellos que se desarrollan en el marco de la tecnolog�a antigua y cambiando la naturaleza del trabajo que los individuos deben desempe�ar en sus centros laborales.

No s�lo las grandes tecnolog�as reactores nucleares o agricultura muestran proclividad a los efectos colaterales, sino tambi�n las peque�as y cotidianas. Los efectos de las tecnolog�as ordinarias pueden ser peque�os individualmente, pero significativos en conjunto. Los refrigeradores, por ejemplo, han tenido una repercusi�n favorable predecible en la dieta y en los sistemas de distribuci�n de alimentos. Sin embargo, en virtud de que hay muchos de estos aparatos, la discreta fuga de un gas que se utiliza en sus sistemas de enfriamiento puede tener consecuencias adversas sustanciales en la atm�sfera de la Tierra.

Algunos efectos colaterales son inesperados debido a la falta de inter�s o recursos para preverlos; pero muchos no son predecibles incluso en principio debido a la complejidad de los sistemas tecnol�gicos y a la inventiva humana para encontrar nuevas aplicaciones. Algunos efectos secundarios inesperados pueden ser inaceptables desde los puntos de vista �tico, est�tico o econ�mico para una gran parte de la poblaci�n, dando por resultado conflicto entre grupos de la comunidad. Para minimizar dichas consecuencias, los planificadores est�n volviendo al an�lisis sistem�tico de riesgos. Por ejemplo, muchas comunidades requieren por ley que se hagan estudios de impacto ambiental antes de aprobar la construcci�n de un nuevo hospital, una f�brica, una carretera, un sistema de tratamiento de desechos, un centro comercial u otra estructura.

Sin embargo, el an�lisis de riesgos puede ser complicado. Debido a que el riesgo, asociado con un curso de acci�n particular, nunca puede reducirse a cero, la aceptabilidad debe determinarse en comparaci�n con los riesgos de los cursos alternativos de acci�n o con otros m�s familiares. Las reacciones psicol�gicas de las personas ante las contingencias no necesariamente encajan de manera estricta en un modelo matem�tico de costo y beneficio. La gente tiende a percibir un riesgo tanto m�s elevado si no tiene ning�n control sobre �l (humo contra fumar) o silos acontecimientos malos tienden a presentarse en n�meros pavorosos (muchas muertes al mismo tiempo en un accidente a�reo contra unas cuantas en un choque automovil�stico). La interpretaci�n personal de los riesgos puede estar influida en gran parte por la forma en que se establecen por ejemplo, comparar la probabilidad de muerte contra la probabilidad de sobrevivencia, los riesgos extremos contra los riesgos aceptables, los costos totales contra los costos diarios por persona o el n�mero real de personas afectadas contra la proporci�n de individuos afectados.

Todos los sistemas tecnol�gicos son susceptibles de falla

La mayor parte de los sistemas tecnol�gicos modernos, desde los radios de transistores hasta los aviones de l�neas comerciales, se han concebido y producido para ser absolutamente confiables. Las fallas son tan raras que resulta sorprendente cuando llegan a presentarse. Sin embargo, cuanto m�s grande y complejo es un sistema, es mucho mayor la probabilidad de que presente desperfectos, y repercusiones m�s amplias de la posible falla. Un sistema o aparato puede fallar por diferentes razones: debido al defecto de alguna de sus partes, a que una de �stas no est� bien adaptada a otra o porque el dise�o del sistema no es adecuado para todas las condiciones en las cuales se utiliza. Una valla protectora contra las fallas consiste en exceder las normas de dise�o esto es, por ejemplo, hacer algo m�s fuerte o m�s grande de lo necesario. Otro parapeto es la redundancia, es decir, construir uno o m�s sistemas de respaldo en caso de desperfecto del primero.

Si la imperfecci�n de un sistema tuviera consecuencias muy costosas, podr�a dise�arse de tal manera que �sta ocasionara un da�o �nfimo. Ejemplos de tales dise�os de "seguridad contra fallas" son bombas que no pueden explotar cuando funciona mal el fusible o las ventanillas de un autom�vil que se astillan en pedazos gruesos redondeados que permanecen unidos m�s que en fragmentos aguzados que puedan salir volando; y un sistema legal en el cual la incertidumbre conduzca a la absoluci�n en vez de a la condena judicial. Otro medio de reducir la posibilidad de desperfecto incluye mejorar el dise�o reuniendo m�s datos, acomodando m�s variables, construyendo modelos de trabajo m�s realistas, corriendo simulaciones en computadora que vayan m�s all� del dise�o, imponiendo controles de calidad m�s estrictos y dise�ando controles para detectar y corregir problemas a medida que se presenten.

Es probable que todos los medios utilizados para prevenir o minimizar fallas signifiquen incremento de costos. Pero no importa qu� precauciones se tomen o cu�ntos recursos se inviertan, los riesgos de desperfecto tecnol�gico nunca podr�n reducirse a cero. Por tanto, el an�lisis del riesgo entra�a la estimaci�n de la probabilidad de que ocurra cada resultado indeseable que pueda preverse as� como estimar la magnitud del da�o que causar�a en caso de presentarse. La importancia esperada de cada riesgo se calcula, entonces, mediante la combinaci�n de su probabilidad y su magnitud de perjuicio. As�, el riesgo relativo de los diferentes dise�os puede compararse en t�rminos del da�o probable combinado resultante de cada uno. Comienzo

 

LAS CONSECUENCIAS DE LA TECNOLOGÍA

La presencia humana

Durante el pasado siglo, la poblaci�n de la Tierra se duplic� tres veces. Aun en este aspecto, la presencia humana, la cual es evidente casi en cualquier lugar de la Tierra, ha tenido mayor impacto del que indican las cifras estad�sticas. Se ha desarrollado la capacidad para dominar la mayor parte de las plantas y especies animales m�s all� de lo que otra especie podr�a hacerlo y la habilidad para determinar el futuro en vez de responder s�lo a �l.

El uso de esa capacidad tiene tanto ventajas como desventajas. Por un lado, los avances tecnol�gicos han aportado enormes beneficios a casi toda la humanidad. Hoy, la mayor�a de las personas tiene acceso a los bienes y servicios que otrora fueron lujos, disfrutados s�lo por los ricos, como transporte, comunicaci�n, alimentaci�n, sanidad, cuidado m�dico, entretenimiento, etc. Por otro lado, la misma conducta que hizo posible prosperar tan r�pido a la especie humana, ha planteado al hombre y a otros organismos vivos de la Tierra nuevos tipos de riesgo. El crecimiento de la tecnolog�a agr�cola ha dado como resultado un gran incremento poblacional, pero ha impuesto enormes exigencias a los sistemas de suelos y aguas, que son necesarios para continuar con la gran producci�n. Los antibi�ticos curan la infecci�n bacteriana, pero seguir�n funcionando s�lo si se inventan otros nuevos antes de que surjan cepas bacterianas resistentes.

El acceso a vastos yacimientos de combustibles f�siles y el uso de ellos ha hecho que la humanidad dependa de un recurso no renovable. Seg�n cifras actuales, la poblaci�n no ser� capaz de sostener un modo de vida con base en la energ�a que hoy brinda la tecnolog�a, y las tecnolog�as alternas pueden ser inadecuadas o presentar riesgos inaceptables. Los inmensos esfuerzos humanos en la miner�a y manufactura producen bienes, pero al mismo tiempo contaminan peligrosamente r�os y oc�anos, tierra y atm�sfera. En la actualidad, los subproductos de la industrializaci�n en la atm�sfera pueden estar agotando la capa de ozono, la cual protege la superficie terrestre de los peligrosos rayos ultravioleta, y se puede estar creando una capa de di�xido de carbono, la cual retiene el calor y podr�a incrementar significativamente las diversas temperaturas promedio del planeta. Las consecuencias ambientales por una guerra nuclear, entre otros desastres, podr�an alterar aspectos fundamentales de toda la vida en la Tierra.

Desde el punto de vista de otras especies, la presencia humana ha reducido la extensi�n de la superficie terrestre disponible para ellas, arrasando grandes �reas de vegetaci�n; ha interferido con sus fuentes de alimento; ha cambiado sus h�bitats, alterando la temperatura y la composici�n qu�mica en grandes extensiones del entorno mundial; ha desestabilizado sus ecosistemas al introducir especies extra�as, deliberada o accidentalmente; ha reducido el n�mero de especies vivas, y en algunos casos ha modificado las caracter�sticas de ciertas plantas y animales a trav�s de la selecci�n de cr�as y en fecha m�s reciente por medio de la ingenier�a gen�tica.

Lo que el futuro guarda para la vida en la Tierra, salvo alguna cat�strofe natural inmensa, ser� determinado en gran parte por la especie humana; la misma inteligencia que la llev� a donde est� mejorando muchos aspectos de su existencia e introduciendo nuevos riesgos en el mundo es tambi�n su principal recurso de supervivencia.

Los sistemas sociales y tecnol�gicos interact�an de manera importante

La inventiva individual es imprescindible en la innovaci�n tecnol�gica. No obstante, las fuerzas sociales y econ�micas influyen de manera decisiva sobre qu� tecnolog�as se desarrollar�n, a cu�les se les pondr� atenci�n, se invertir� en ellas o se utilizar�n. Tales decisiones se toman directamente como una cuesti�n de pol�tica gubernamental y de manera indirecta como consecuencia de las circunstancias y los valores de una sociedad en un momento particular. En los Estados Unidos de Am�rica, las decisiones sobre las opciones tecnol�gicas que predominar�n dependen de muchos factores: aceptaci�n del consumidor, leyes de patentes, disponibilidad de capital de riesgo, proceso presupuestario federal, regulaciones nacionales y locales, competencia econ�mica, incentivos tributarios y descubrimientos cient�ficos. El equilibrio de tales incentivos y regulaciones por lo general act�a de manera diferente en los distintos sistemas tecnol�gicos, apoyando a unos y desalentando a otros.

La tecnolog�a ha influido considerablemente en el curso de la historia y en la naturaleza de la sociedad humana, y contin�a haci�ndolo. Las grandes revoluciones en la tecnolog�a agr�cola, por ejemplo, han tenido quiz� m�s influencia en la forma de vida de las personas que las revoluciones pol�ticas; los cambios en la sanidad y la medicina preventiva han contribuido a la explosi�n demogr�fica (y a su control); los arcos y las flechas, la p�lvora y los explosivos ti nucleares han modificado a su vez la manera en que se hace la guerra, y el microprocesador est� cambiando el modo en que los individuos escriben, calculan, realizan operaciones bancarias, administran los negocios, conducen una investigaci�n y se comunican entre si. La tecnolog�a ha hecho posible, en gran parte, los cambios a gran escala, como el aumento de la urbanizaci�n de la sociedad y el enorme crecimiento de la interdependencia econ�mica de las comunidades en todo el mundo.

Hist�ricamente, algunos te�ricos sociales cre�an que el cambio tecnol�gico, como la industrializaci�n y la producci�n masiva, causar�a el cambio social, mientras que otros pensaban que este �ltimo, como los cambios pol�ticos y religiosos, conducir�a al primero. Sin embargo, es claro que, debido a la red de comunicaciones entre los sistemas sociales y tecnol�gicos, act�an muchas influencias en ambas direcciones.

El sistema social impone algunas restricciones al car�cter p�blico de la tecnolog�a

En la mayor parte de los casos, los valores profesionales de la ingenier�a son muy similares a los de la ciencia, incluyendo las ventajas derivadas de compartir abiertamente el conocimiento. Sin embargo, debido al valor econ�mico de la tecnolog�a, a menudo se imponen restricciones al car�cter abierto de la ciencia e ingenier�a, que son de suma importancia para la innovaci�n tecnol�gica. Con frecuencia se requiere gran inversi�n de tiempo y dinero, y un considerable riesgo comercial para desarrollar una nueva tecnolog�a y llevarla al mercado. Esa inversi�n podr�a estar en peligro silos competidores tuvieran acceso a la nueva tecnolog�a sin haber hecho una inversi�n similar, por tanto, las compa��as casi nunca est�n dispuestas a compartir el conocimiento tecnol�gico. Pero no es posible mantener en secreto por mucho tiempo ning�n conocimiento tecnol�gico ni cient�fico. La discreci�n s�lo brinda una ventaja en t�rminos de tiempouna ventaja inicial, no control absoluto del conocimiento. Las leyes de patentes apoyan la apertura al darle a los individuos y compa��as el control sobre el uso de cualquier tecnolog�a nueva que desarrollen; no obstante, a fin de promover la competencia tecnol�gica, dicho control es s�lo por un lapso limitado.

La ventaja comercial no es la �nica raz�n para guardar el secreto y mantener el control. Mucho del desarrollo tecnol�gico ocurre en determinados ambientes, como las dependencias gubernamentales, en las que los intereses comerciales son m�nimos, pero las preocupaciones de seguridad nacional conducen a la discreci�n. Cualquier tecnolog�a que tenga aplicaciones militares en potencia est� sujeta indudablemente a restricciones impuestas por el gobierno federal, las cuales pueden limitar el compartimento del saber en la ingenier�a o incluso la exportaci�n de productos a partir de los cuales pudiera deducirse el conocimiento ingenieril. Debido a que las relaciones entre la ciencia y la tecnolog�a son muy cercanas en algunas �reas, el secreto inevitablemente comienza tambi�n por restringir algo del libre flujo de informaci�n en la ciencia. Algunos cient�ficos e ingenieros se sienten muy inc�modos con el secreto porque juzgan que contraviene el compromiso del ideal cient�fico, por lo que se oponen a trabajar en proyectos que tienen que estar en secreto; sin embargo, otros consideran necesarias y aceptan las restricciones.

Las decisiones sobre el uso de la tecnolog�a son complejas

La mayor parte de las innovaciones tecnol�gicas se difunden o desaparecen con base en las fuerzas del libre mercado; esto es, con base en la manera en que las personas y compa��as responden a esas innovaciones. Sin embargo, de vez en cuando, el uso de alguna tecnolog�a llega a convertirse en una cuesti�n sujeta a debate p�blico y a una posible regulaci�n formal. Una forma por la cual la tecnolog�a se convierte en problema es cuando una persona, grupo o empresa, propone probar o introducir otra nueva tecnolog�a como ha sido el caso con el surcado en contorno, la vacunaci�n, la ingenier�a gen�tica y las plantas el�ctricas nucleares. Otra manera es cuando cierta tecnolog�a que ya se utiliza ampliamente se pone en tela de juicio por ejemplo, cuando a las personas se les dice (por individuos, organizaciones o agencias) que es esencial detener o reducir el uso de una tecnolog�a en particular o producto tecnol�gico porque se ha encontrado que tiene o podr�a tener efectos adversos. En tales casos, la soluci�n propuesta podr�a ser la prohibici�n de enterrar desechos t�xicos en los basureros de la comunidad o el uso de gasolina con plomo y el aislamiento a base de asbesto. Los asuntos relacionados con la tecnolog�a rara vez son simples y unilaterales. Los hechos t�cnicos pertinentes por s� solos, aun cuando se conozcan y se pueda disponer de ellos (no siempre es as�), a menudo no resuelven por completo en favor de uno u otro bando. Las posibilidades de tomar buenas decisiones personales o colectivas sobre la tecnolog�a dependen de tener informaci�n que no siempre est�n dispuestos a ofrecer ni los entusiastas ni los esc�pticos. Por tanto, los intereses de largo plazo de la sociedad se satisfacen mejor teniendo procesos que aseguren que se plantear�n las cuestiones clave relacionadas con las propuestas para reducir o introducir tecnolog�a y que se aplicar� a ellas todo el conocimiento pertinente que sea posible. Considerar estas cuestiones no asegura que siempre se tomar� la mejor decisi�n; pero no hacerlo seguramente ser� una decisi�n equivocada. Las preguntas clave concernientes a cualquier nueva tecnolog�a propuesta incluyen lo siguiente

  • �Cu�les son las diversas formas para conseguir los mismos fines? �Qu� ventajas y desventajas hay en las alternativas? �Qu� concesiones ser�an necesarias entre los efectos colaterales positivos y negativos de cada lado?
  • �Qui�nes son los principales beneficiarios? �Qui�nes recibir�n pocos o ning�n beneficio? �Qui�n sufrir� como consecuencia de la nueva tecnolog�a propuesta? �Cu�nto durar�n los beneficios? �Tendr� la tecnolog�a otras aplicaciones? �A qui�nes beneficiar�?
  • �Cu�nto costar� construir y operar la nueva tecnolog�a propuesta? �C�mo se comparar� ese costo con el de las alternativas? �Tendr�n que sufragar los costos personas distintas de los beneficiarios? �Qui�n deber� garantizar los costos del desarrollo de la nueva tecnolog�a propuesta? �C�mo cambiar�n los costos con el tiempo? �Cu�les ser�n los costos sociales?
  • �Qu� riesgos se asocian con la nueva tecnolog�a propuesta? �Qu� riesgos hay si no se utiliza? �Qui�n estar� en mayor peligro? �Qu� riesgos presentar� la tecnolog�a a otra especie y a su ambiente? �Qu� problema causar�a en el peor caso posible? �Qui�n ser�a el responsable? �C�mo se solucionar�a o limitar�a dicho problema?
  • �Qu� personas, materiales, herramientas, conocimiento y saber pr�ctico se necesitar� para construir, instalar y operar la nueva tecnolog�a propuesta? �Est�n disponibles? Si no, �de qu� manera se obtendr�n y de d�nde? �Qu� fuentes de energ�a se requerir�n para la construcci�n o manufactura, y tambi�n para la operaci�n? �Qu� recursos se necesitar�n para el mantenimiento, la actualizaci�n y la reparaci�n de la nueva tecnolog�a?
  • �Qu� se har� para desechar con seguridad los desperdicios de la nueva tecnolog�a? �C�mo se reemplazar� cuando se haya deteriorado o sea obsoleta? Y, por �ltimo, �qu� ser� del material del cual estaba hecha, y del futuro de la gente cuyos empleos depend�an de ella?

Los ciudadanos comunes rara vez pueden estar en una posici�n en la que puedan pedir o demandar respuestas a tales preguntas; pero su conocimiento de la pertinencia e importancia de las respuestas aumenta la atenci�n que prestan a tales cuestiones las empresas privadas, los grupos de inter�s y los funcionarios p�blicos. Adem�s, los individuos pueden realizar las mismas preguntas refiri�ndose al propio uso de la tecnolog�a por ejemplo, el empleo de aparatos eficientes para el hogar, de sustancias que contribuyen a la contaminaci�n, de alimentos y tejidos. El efecto acumulativo de las decisiones individuales puede tener tanto impacto en la utilizaci�n de la tecnolog�a a gran escala como presi�n en las decisiones p�blicas.

No todas esas preguntas se pueden contestar con facilidad. La mayor parte de las decisiones tecnol�gicas se tienen que tomar con base en informaci�n incompleta, y es probable que los factores pol�ticos tengan tanta influencia como los t�cnicos, y en ocasiones m�s. Pero los cient�ficos, ingenieros y matem�ticos tienen la funci�n especial de mirar adelante y tan lejos como sea adecuado para evaluar beneficios, efectos colaterales y riesgos. Tambi�n pueden ayudar en el dise�o de dispositivos de detecci�n adecuados y t�cnicas de supervisi�n, as� como en la elaboraci�n de procedimientos para la recopilaci�n y el an�lisis estad�stico de datos concernientes.Comienzo


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