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Capítulo 6: EL ORGANISMO HUMANO

IDENTIDAD HUMANA

DESARROLLO HUMANO

FUNCIONES BÁSICAS

APRENDIZAJE

SALUD FÍSICA

SALUD MENTAL


Capítulo 6: EL ORGANISMO HUMANO

Aunque los seres humanos son similares a otras especies en muchos aspectos, son únicos entre las formas de vida de la Tierra por la habilidad que poseen para el uso del lenguaje y el pensamiento. Al haber desarrollado un cerebro grande y complejo, tienen la facilidad para pensar, imaginar, crear y aprender de la experiencia, lo cual está lejos de ocurrir en alguna otra especie. Se ha utilizado dicha capacidad para crear tecnología, literatura y obras de arte en una inmensa escala, así como para desarrollar una comprensión científica entre ellos y el mundo.

De igual modo, son únicos por la profunda curiosidad acerca de su naturaleza: ¿Cómo están hechos físicamente? ¿Cómo fueron formados? ¿De qué manera están relacionados biológicamente con otras formas de vida y con nuestros antepasados? ¿En qué se parecen o diferencian de los demás? ¿De qué manera pueden conservar la salud? Mucho del quehacer científico se centra en tales preguntas.

Este capítulo presenta recomendaciones de lo que las personas instruidas científicamente deben conocer acerca de sí mismas como especie. Tal conocimiento proporciona una base para la ampliación de la conciencia tanto de si mismo como de la sociedad. El capítulo trata seis grandes aspectos del organismo humano: 1. identidad, 2. des arrollo, 3. funciones básicas del cuerpo, 4. aprendizaje, 5. salud física y 6. salud mental. Se incluyen las recomendaciones sobre salud física y mental porque éstas ayudan a relacionar la comprensión científica del organismo humano con una área fundamental de interés común: el bienestar personal. Top button

 

IDENTIDAD HUMANA

En la mayor parte de los aspectos biológicos, los seres humanos son como cualesquiera otros organismos vivos. Por ejemplo, están constituidos de células como las de otros animales, tienen más o menos la misma composición química; poseen sistemas de órganos y características físicas como muchos otros; se reproducen de manera semejante, llevan sistemas de información genética de la misma clase y forman parte de una cadena alimentaria.

Los testimonios moleculares y fósiles apoyan la creencia de que la especie humana, a semejanza de otras, evolucionó a partir de otros organismos. Las pruebas continúan acumulándose, y los científicos siguen debatiendo fechas y ascendencia; pero suelen aceptarse las líneas generales de la historia. Los primates la clasificación de organismos similares que incluye a los seres humanos, monos, antropoides y otras clases de mamíferoscomenzaron a evolucionar a partir de otros mamíferos hace menos de 100 millones de años. Varias especies de primates parecidos a los humanos comenzaron a aparecer y a ramificarse hace cinco millones de años, pero todas se extinguieron, excepto una. La sobreviviente condujo a la especie humana moderna.

Al igual que otros organismos complejos, los seres humanos varían en forma y talla, color de piel, proporciones del cuerpo, vello corporal, rasgos faciales, fuerza muscular, destreza, etc., pero estas diferencias son pequeñas comparadas con las similitudes internas, como se demuestra en el hecho de que las personas de cualquier otra parte del mundo puedan mezclares físicamente con base en la reproducción, transfusiones sanguíneas y trasplantes de órganos. De hecho, los seres humanos son una sola especie. Además, tan grandes como parecen ser las diferencias culturales entre los diferentes grupos étnicos, sus complejas lenguas, tecnologías y artes los distinguen de cualquier otra especie.

Algunas otras especies se organizan socialmente sobre todo al asumir diferentes funciones especializadas, como defensa, recolección de alimentos y reproducción; pero siguen pautas relativamente fijas, limitadas por su herencia genética. Los seres humanos tienen una gama mucho más amplía de comportamiento social desde jugar cartas hasta cantar música de coro, desde dominar varios idiomas hasta formular leyes.

Uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la especie humana fue el cambio de la caza y la recolección por la agricultura hace unos 10 000 años, lo cual hizo posible el rápido crecimiento de la población. Durante ese temprano periodo de crecimiento, la inventiva social de la especie humana comenzó a construir pueblos y ciudades, ideó nuevos sistemas económicos y políticos, empezó a conservar registros e hizo la guerra de manera organizada. Recientemente, la gran eficiencia en la agricultura y el control de enfermedades infecciosas han acelerado aún más el crecimiento de la población mundial, la cual rebasa ahora los 5 000 millones.

Así como la especie humana es biológica, social y cultural, también es tecnológica. En comparación con otras especies, el género humano no es nada especial cuando se trata de velocidad, agilidad, fuerza, resistencia, visión, audición o la capacidad de soportar condiciones ambientales extremas. Sin embargo, la creación de diversa tecnología mejora la habilidad para interactuar con el mundo físico. En cierto modo, las nuevas invenciones han ayudado a compensar las desventajas biológicas. Los registros escritos permiten compartir y compilar grandes cantidades de información. Los vehículos permiten un movimiento más rápido que los animales, viajar a través de muchos medios (aun en el espacio) y llegar a lugares remotos e inhóspitos. Los aparatos brindan control delicado, así como fuerza y velocidad prodigiosas. Telescopios, cámaras, sensores infrarrojos, micrófonos y otros instrumentos extienden los sentidos visual, auditivo y táctil, al tiempo que aumentan su sensibilidad. Las prótesis y las intervenciones quirúrgicas y químicas permiten a las personas con incapacidades físicas funcionar de manera adecuada en su medio.Top button

 

DESARROLLO HUMANO

El ser humano se desarrolla a partir de una sola célula, formada por la fusión de un óvulo y un espermatozoide; cada uno contribuye con la mitad de la información genética de la célula. Los ovarios en las mujeres producen óvulos maduros, generalmente uno por ciclo menstrual; los testículos en los hombres generan espermatozoides en grandes cantidades. La fecundación de un óvulo por un espermatozoide suele ocurrir después de que los espermatozoides se depositan cerca del óvulo. Pero no siempre ocurre la fecundación, porque el depósito del esperma puede llevarse a cabo cuando la mujer se encuentra en su ciclo menstrual, momento en que ningún Ovulo está presente, o uno de los cónyuges es incapaz de producir células sexuales viables. También pueden utilizarse medidas anticonceptivas para incapacitar a los espermatozoides, bloquear su camino hacia el Ovulo, impedir la liberación de óvulos o evitarla implantación del Ovulo fecundado.

Algunas horas después de la concepción, el óvulo fecundado se divide en dos células idénticas, cada una de las cuales se divide pronto, una y otra vez, hasta que hay suficientes como para formar una pequeña esfera. Después de unos días, esta esfera se fija en la pared del Utero, en donde la placenta alimenta al embrión, permitiendo la trasferencia de sustancias entre la sangre de la madre y la del niño en desarrollo. Durante el primer trimestre de embarazo, las generaciones sucesivas de células se organizan para formar Organos; durante el segundo, se desarrollan todos los Organos y rasgos del cuerpo; por Ultimo, en el tercero, ocurre un mayor desarrollo y crecimiento. Estas pautas de desarrollo humano son similares a las de otros animales vertebrados, aunque el periodo de gestación puede ser muy diferente.

El embrión en desarrollo puede estar en riesgo como consecuencia de sus propios defectos genéticos, la salud poco favorable de la madre, una dieta inadecuada durante el embarazo, o por la ingestión materna de alcohol, tabaco u otras drogas. Si el desarrollo del niño es incompleto en el momento del nacimiento, ya sea por salud deficiente de la madre o nacimiento prematuro, el lactante puede no sobrevivir. Después del nacimiento, los pequeños pueden estar en peligro si hubo alguna lesión al nacer o infección durante el parto o después de él. Por tanto, el índice de muerte infantil varia en gran medida de un lugar a otro, dependiendo de la calidad de saneamiento, higiene, nutrición prenatal y atención médica. Aun para los niños que sobreviven, las malas condiciones antes o después del nacimiento pueden conducir a la disminución de las capacidades físicas y mentales.

En los niños normales, el desarrollo mental se caracteriza por la aparición regular de un conjunto de habilidades en etapas sucesivas. Estas incluyen un aumento de memoria hacia el final del primer mes, sonidos de habla en el primer ano, habla conexa para el segundo, capacidad de relacionar conceptos y categorías en el sexto, así como la habilidad de detectar la consistencia o inconsistencia de los argumentos en la adolescencia. El desarrollo de estos niveles de aptitud intelectual, cada vez más complejos, es una función tanto de la madurez cerebral como de las experiencias de aprendizaje. Si ciertas clases de estímulos apropiados no están presentes cuando el niño está en una etapa particularmente sensible de desarrollo, puede ocurrir que el desarrollo biológico y psicológico se dificulte o incluso no se lleve a cabo.

Este periodo extraordinariamente largo del desarrollo humano--comparado con el de otras especies se relaciona con el papel prominente del cerebro en la evolución humana. La mayor parte de las especies se encuentran muy limitadas en su repertorio de conducta, y para sobrevivir dependen de respuestas predecibles determinadas en gran parte por la programación genética; los mamíferos, y sobre todo los humanos, dependen mucho más de una conducta aprendida. Una niñez prolongada proporciona tiempo y oportunidades al cerebro para que se desarrolle en un instrumento eficaz para la vida inteligente. Esto ocurre no sólo mediante el juego y la interacción con niños mayores o adultos, sino también a través de la exposición a las palabras y artes de personas de otras partes del mundo y de otros tiempos en la historia. La capacidad para aprender persiste hasta el final de la vida y en ocasiones se perfecciona cuando el ser humano ha formado una base de ideas y llega a comprender de qué manera aprende mejor.

Las etapas del desarrollo ocurren a un ritmo que difiere un poco en cada individuo, como una función de factores fisiológicos diferentes y experiencias distintas. La transición de una etapa a otra puede ser problemática, particularmente cuando los cambios biológicos son drásticos o cuando no concuerdan con las habilidades sociales o las expectativas de los demás. Sociedades distintas confieren un significado e importancia diferentes a las etapas del desarrollo, y a las transiciones de una a otra. Por ejemplo, la niñez se define legal, social y biológicamente, y su duración y significado varían en las distintas culturas y periodos históricos. En los Estados Unidos, el comienzo de la pubertad la madurez del cuerpo como preparación para poder reproducirse ocurre varios años antes de la edad que suele considerarse apropiada física y psicológicamente para la paternidad y demás funciones adultas.

El que los adultos lleguen a ser padres y el número de hijos que tengan son aspectos determinados por una amplia variedad de factores personales, culturales y biológicos. La tecnología se ha sumado en gran medida a las opciones de que dispone la gente para controlar su reproducción. Existen medios químicos y mecánicos para prevenir, detectar y evitar que concluya un embarazo. A través de ciertas medidas, como la terapéutica hormonal e inseminación artificial, también es posible provocar embarazos deseados que de otro modo no ocurrirían. Sin embargo, el uso de estas tecnologías para prevenir o facilitar el embarazo son discutibles y plantean cuestionamientos a las costumbres sociales, la ética, las creencias religiosas, y aun la política.

El envejecimiento es un proceso normal en todos los seres humanos, el cual todavía no se ha comprendido con claridad. Sus efectos varían considerablemente entre los individuos. En general, los músculos y las articulaciones tienden a hacerse menos flexibles, los huesos y músculos pierden algo de masa, disminuyen los niveles de energía y los sentidos se vuelven menos agudos. En las mujeres, un acontecimiento importante en el proceso de envejecimiento es la menopausia; entre los 45 y 55 años sufren un cambio mayor en la producción de hormonas sexuales, que provoca la interrupción de su ciclo menstrual y la liberación de óvulos.

El proceso de envejecimiento en los seres humanos se asocia no solamente con cambios en el sistema hormonal, sino también con enfermedades y lesiones, dietas, mutaciones que surgen y se acumulan en las células; desgaste de los tejidos, por ejemplo de las articulaciones que cargan peso; factores psicológicos y exposición a sustancias dañinas. La acumulación lenta de agentes nocivos como depósitos en las arterias, daño a los pulmones por fumar y lesiones en la piel por radiaciones, puede producir enfermedades graves. Algunas veces, los trastornos que aparecen tarde en la vida afectan el funcionamiento del cerebro, incluyendo la memoria y la personalidad. Además, la disminución de la capacidad física y la pérdida del papel social acostumbrado puede traer como consecuencia ansiedad o depresión. Por otro lado, muchas personas mayores son capaces de continuar viviendo bastante bien y pueden tener una vida independiente y activa sin tener periodos prolongados de incapacidad.

Al parecer, hay un lapso máximo de vida para cada especie, incluida la humana. Aunque algunos seres humanos viven más de 100 años, la mayoría no son tan longevos; el promedio de vida, incluyendo a los individuos que mueren en la niñez, fluctúa desde los 35 años en algunas poblaciones hasta los 75 en la mayor parte de las naciones industrializadas. Los altos promedios se deben sobre todo a los bajos índices de mortalidad en lactantes y niños; pero también a una mejor sanidad, dieta e higiene para la mayoría de la población y una mejor atención médica a los ancianos. La expectativa de vida también varía entre los diferentes grupos socioeconómicos, así como por el sexo. Las causas más comunes de muerte difieren en las distintas edades, etnias y grupos económicos. En los Estados Unidos, por ejemplo, los accidentes de tránsito mortales son más comunes entre los varones jóvenes; las enfermedades cardiacas causan más muertes en hombres que en mujeres, y las enfermedades infecciosas y los homicidios ocasionan más decesos entre los pobres que entre los ricos. Top button

 

FUNCIONES BÁSICAS

El cuerpo humano es un complejo sistema de células, la mayor parte de las cuales están agrupadas en sistemas de órganos que tienen funciones especializadas. Estos sistemas pueden comprenderse mejor en términos de las funciones esenciales que desempeñan: liberación de energía a partir de los alimentos, protección contra lesiones, coordinación interna y reproducción. La necesidad continua de energía hace trabajar a los sentidos y los músculos esqueléticos para obtener alimento; al aparato digestivo para desdoblar los alimentos en compuestos asimilables y desechar los materiales no digeridos; a los pulmones para aportar el oxigeno para la combustión de la comida y la eliminación del dióxido de carbono producido; al aparato urinario para eliminar otras sustancias de desecho disueltas, provenientes de la actividad celular; a la piel y los pulmones para disipar el exceso de calor (en el cual se degrada finalmente la mayor parte de la energía de los alimentos), y al aparato circulatorio para movilizar todas estas sustancias hacia las células donde se requieren, o eliminar las que ahí se producen.

Al igual que los demás organismos, los seres humanos tienen los medios para protegerse a sí mismos. La autoprotección comprende el uso de los sentidos para detectar el peligro; el sistema hormonal estimula el corazón y activa el suministro de energía de urgencia, dando lugar a que los músculos se utilicen para la defensa o la evasión. La piel actúa como escudo contra sustancias y organismos dañinos, como parásitos y bacterias. El sistema inmunológico protege contra las sustancias que logran penetrar en el cuerpo y contra las células cancerosas que espontáneamente se desarrollan en él. El sistema nervioso desempeña un papel muy importante en la supervivencia: hace posible el tipo de un aprendizaje que necesitan los seres humanos para enfrentar los cambios de su medio.

El control interno requerido para el manejo y la coordinación de estos complejos sistemas, lo lleva a cabo el cerebro y el sistema nervioso junto con las glándulas secretoras de hormonas. Las señales químicas y eléctricas que conducen los nervios y las hormonas integran al cuerpo como un todo. Las innumerables influencias mutuas entre las hormonas y los nervios dan lugar a un sistema de ciclos coordinados en casi todas las funciones del cuerpo. Los nervios pueden excitar a ciertas glándulas para que secreten hormonas, algunas hormonas afectan a las células cerebrales, el cerebro por sí solo libera hormonas que afectan la conducta humana, y las hormonas participan en la transmisión de señales entre las células nerviosas. Algunos fármacos legales e ilegales pueden afectar el cuerpo y el cerebro humanos, imitando o bloqueando las hormonas y los neurotransmisores producidos por los sistemas hormonal y nervioso. La reproducción asegura la preservación de la especie. El impulso sexual es de origen biológico; pero la manera en que éste se manifiesta entre los seres humanos está determinado por factores psicológicos y culturales. Los órganos de los sentidos y las hormonas están implicados, así como los órganos sexuales internos y externos. El hecho de que la reproducción sexual produzca una variación genética mayor al combinar los genes de los padres desempeña una función clave en la evolución. Top button

 

APRENDIZAJE

Entre los organismos vivos, la mayor parte del comportamiento es innato en el sentido de que cualquier miembro de una especie mostrará de manera predecible cierta conducta sin haber tenido ninguna experiencia particular que conduzca a ella (por ejemplo, un sapo que atrapa una mosca que se desplaza dentro de su campo visual). Sin embargo, algo de este potencial innato de conducta requiere que el individuo lo desarrolle en un ambiente completamente normal de estímulos y experiencias. En los seres humanos, por ejemplo, el habla en un niño se desarrollará sin ningún entrenamiento especial si el pequeño puede escuchar e imitar el habla en su propio medio.

Cuanto más complejo es el cerebro de una especie, más flexible es su repertorio conductual. Las diferencias en la conducta de los individuos se originan en parte en las predisposiciones heredadas y parcialmente en sus distintas experiencias. Hay un estudio científico continuo sobre las funciones relativas de la herencia y el aprendizaje, pero ya es claro que el comportamiento resulta de la interacción de dichas funciones, no de una simple suma de las dos. Al parecer, la sola capacidad humana para trasmitir ideas y prácticas de una generación a otra, así como de inventar otras nuevas, ha resultado en las variaciones prácticamente ilimitadas en las ideas y conductas que se asocian con las diferentes culturas. El aprendizaje de habilidades musculares ocurre sobre todo mediante la práctica. Si una persona ejercita los músculos una y otra vez de la misma manera (lanzando una pelota), el modelo del movimiento puede tornarse automático y ya no necesitará ninguna atención consciente. El grado de habilidad que se obtiene a la larga depende de las capacidades innatas del individuo, la cantidad de práctica y la retroalimentación de información y recompensa. Con una práctica suficiente, una gran serie de conductas pueden convertirse casi en automáticas (manejar un auto por la misma ruta de costumbre, por ejemplo). En este caso, una persona no tiene que concentrarse en detalles de coordinación de vista y movimientos corporales, y puede, por así decirlo, entablar una conversación al mismo tiempo. En una urgencia, toda la atención se puede enfocar rápidamente en las demandas inusuales de la tarea.

El aprendizaje generalmente comienza en los órganos sensoriales, a través de los cuales el ser humano recibe información sobre su cuerpo y el mundo físico y social que lo rodea. La manera en la que cada persona percibe o experimenta esta información depende no sólo del estímulo mismo, sino también del contexto físico en el que ocurre y de numerosos factores sociales, psicológicos y físicos del espectador. Los sentidos no les dan a las personas una imagen idéntica del mundo, sino que responden a cierta gama de estimulación (el ojo, por ejemplo, es sensible sólo a una pequeña fracción del espectro electromagnético). Además, los sentidos filtran y codifican selectivamente la información, dándole a algunos estímulos más importancia, como cuando un padre que duerme oye llorar al bebé, y a otros menos importancia, como cuando una persona se adapta a un olor desagradable y ya no lo percibe pasado un tiempo. Experiencias, expectativas, motivaciones y niveles emocionales pueden afectar todas las percepciones.

Gran parte del aprendizaje parece ocurrir por asociación: si dos estímulos aferentes llegan al cerebro más o menos al mismo tiempo, es posible que se unan en la memoria y una percepción conduzca a la anticipación de la otra. Las acciones, al igual que las percepciones, pueden ser asociativas. En el nivel más simple posible, la conducta que acompaña o sigue a sensaciones agradables es probable que se repita, mientras que aquella seguida por sensaciones desagradables es menos probable que ocurra de nuevo. La conducta que tiene consecuencias agradables o desagradables sólo ocurrirá con mayor o menor probabilidad cuando están presentes dichas condiciones especiales. La fuerza del aprendizaje suele depender de que tan cerca se juntan los estímulos en el tiempo y con qué frecuencia ocurren al mismo tiempo. Sin embargo, puede haber ciertos efectos sutiles. Por ejemplo, un acontecimiento único y muy poco placentero tras una conducta particular puede dar por resultado que se evite la conducta incluso después. Por otra parte, recompensar una conducta específica aun de vez en cuando puede resultar en conducta muy persistente.

Pero mucho del aprendizaje no es tan mecánico. Las personas tienden a aprender mucho a partir de la imitación deliberada de los demás. El aprendizaje no consiste sólo en sumar nueva información o conductas. Las asociaciones se aprenden no sólo de las percepciones y actos, sino de las representaciones abstractas de ellas en la memoria, esto es, entre ideas. El pensamiento humano implica la interacción de ideas, e ideas acerca de ideas; así, puede producir muchas asociaciones internamente sin ningún estímulo sensorial nuevo.

Las ideas de las personas pueden afectar el aprendizaje al cambiar la interpretación de nuevas percepciones y pensamientos: la gente tiende a responder a la información, o a buscarla para apoyar las ideas que previamente posee y, por otro lado, a pasar por alto la información que es incompatible con sus pensamientos. Si la información que causa conflicto no pasa inadvertida, puede provocar una reorganización del pensamiento para que tenga sentido la información nueva, con la información previa. Las reorganizaciones sucesivas de una u otra parte de las ideas de la gente resulta generalmente de la confrontación de éstas con información o circunstancias nuevas. Dicha reorganización es esencial para el proceso de maduración humana, y puede continuar durante toda la vida. Top button

 

SALUD FÍSICA

Para estar en buena condición funcional, el cuerpo humano requiere una variedad de alimentos y experiencias. La cantidad de energía proveniente de los comestibles (calorías) que una persona necesita varía de acuerdo con la talla, la edad, el sexo, el nivel de actividad y el índice metabólico. Aparte de la energía, el funcionamiento normal del cuerpo requiere sustancias que aumenten o reemplacen los materiales de los cuales está hecho: grasas no saturadas, cantidades mínimas de una docena de elementos cuyos átomos desempeñan funciones clave, y pequeñas cantidades de algunas sustancias que las células humanas no pueden sintetizar incluyendo algunos aminoácidos y vitaminas. La condición normal de la mayor parte de los sistemas del cuerpo requieren que éstos lleven a cabo sus funciones adaptativas: por ejemplo, los músculos deben efectuar movimientos, los huesos deberán soportar cargas, y el corazón deberá bombear la sangre de manera eficaz. Por tanto, el ejercicio regular es importante para mantener saludable el sistema cardiopulmonar, conservar el tono muscular e impedir que los huesos se tornen frágiles.

Una salud satisfactoria también depende de evitar la exposición excesiva a sustancias que interfieren con el funcionamiento del cuerpo. Entre las principales se encuentran aquellas que cada individuo puede controlar: tabaco (causante de cáncer en el pulmón, enfisema y lesiones cardiacas), drogas (implicadas en la desorientación psíquica y alteraciones del sistema nervioso) y grandes cantidades de alcohol (el cual tiene efectos negativos sobre el hígado, cerebro y corazón). Además, el ambiente puede contener concentraciones peligrosas de sustancias como plomo, algunos pesticidas e isótopos radiactivos, que pueden ser dañinas para los seres humanos. Por tanto, la buena salud de los individuos también depende del esfuerzo humano colectivo para vigilar el aire, la tierra y el agua, y tomar medidas que puedan resguardarlos.

Otros microorganismos también pueden interferir en el funcionamiento normal del cuerpo humano. Algunas clases de bacterias u hongos pueden infectar al cuerpo para formar colonias en órganos o tejidos específicos. Los virus invaden las células sanas y hacen que éstas sinteticen más virus, matando, generalmente, a aquellas células en el proceso. Una enfermedad infecciosa también puede ser causada por parásitos, los cuales se establecen en los intestinos, el torrente sanguíneo o los tejidos.

La primera línea de defensa propia del cuerpo contra los agentes infecciosos es impedir la entrada o el establecimiento de dichos microorganismos en él. Los mecanismos de protección incluyen la piel para que los bloquee, las lágrimas y la saliva para sacarlos y las secreciones estomacales y vaginales para matarlos. Los medios relacionados con la protección en contra de microorganismos invasores incluyen conservar limpia la piel, comer adecuadamente, evitar alimentos y líquidos contaminados y, en general, evitar la exposición innecesaria a las enfermedades.

La siguiente línea de defensa del cuerpo es el sistema inmunológico. Los glóbulos blancos actúan sitiando a los invasores o produciendo anticuerpos específicos que los atacarán (o facilitarán el ataque por otros leucocitos). Si el individuo sobrevive a la invasión, algunos de estos anticuerpos permanecen junto con la capacidad de producir rápidamente muchos más. Años después, o incluso durante toda la vida, el sistema inmunológico estará listo para ese tipo de microorganismos y será capaz de limitar o prevenir la enfermedad. Una persona puede "pescar un catarro" muchas veces debido a que existen muchas variedades de gérmenes que causan síntomas similares. Las reacciones alérgicas son causadas por fuertes respuestas inmunitarias inusuales a ciertas sustancias del ambiente, como las que se encuentran en el polen, el pelaje de los animales o ciertos alimentos. Algunas veces, el sistema inmunológico humano puede no funcionar bien y atacar inclusive a las células sanas. Algunas enfermedades vírales como el SIDA, destruyen células importantes del sistema inmunológico, dejando al cuerpo sin protección, a merced de múltiples agentes infecciosos y células cancerosas.

Sin embargo, las enfermedades infecciosas no son la única amenaza a la salud humana. Las partes o sistemas del cuerpo pueden funcionar de manera inadecuada por razones meramente internas. Se sabe que algunas alteraciones en el funcionamiento de los procesos corporales se deben a genes anormales. Estos pueden tener un efecto directo obvio, como causar hemorragia fácil, o pueden sólo incrementar la susceptibilidad del cuerpo para desarrollar enfermedades particulares, como depresión mental u obstrucción de arterias. Dichos genes pueden haberse adquirido por herencia o ser el resultado de la mutación de una o varias células durante el desarrollo del propio individuo. Puesto que el funcionamiento adecuado de un solo gen o de un par puede ser suficiente para llevar a cabo una buena función, muchas enfermedades genéticas no aparecen a menos que un gen defectuoso se herede de ambos padres (quienes, por la misma razón, pueden no haber tenido síntomas de la enfermedad).

El hecho de que la mayoría de las personas vivan ahora en escenarios físicos y sociales muy diferentes de aquellos a los cuales la psicología humana estaba adaptada desde hacía ya mucho tiempo, es un factor que determina la salud de la población en general. Una "anormalidad" moderna en los países industrializados es la dieta, que alguna vez incluía sobre todo verduras crudas y derivados animales, pero que ahora contiene cantidades excesivas de azúcar refinada, grasas saturadas, sal, y también cafeína, alcohol, nicotina y otros fármacos. La falta de ejercicio es otro cambio del estilo de vida, mucho más activo en la prehistoria. De igual manera, existen contaminantes ambientales y tensión psicológica por vivir en aglomeración, agitación y un ambiente social de cambios muy rápidos. Por otro lado, nuevas técnicas médicas, sistemas de parto eficientes y saludables, el mejoramiento de la sanidad y una comprensión pública más completa de la naturaleza de la enfermedad da a los seres humanos de hoy una mejor oportunidad para permanecer sanos que la que tuvieron sus antepasados. Top button

 

SALUD MENTAL

La buena salud mental comprende la interacción de los sistemas psicológico, biológico, fisiológico, social y cultural. Suele considerársele como la capacidad de enfrentar las circunstancias ordinarias que la gente encuentra en su vida cotidiana personal, profesional y social. Sin embargo, las ideas sobre lo que constituye la buena salud mental varían de una cultura a otra y de un tiempo a otro. La conducta que en una cultura se considera insensata, en otra puede calificársela como mera excentricidad o hasta inspiración divina. En algunas culturas, a un individuo se le puede clasificar como enfermo mental si éste expresa con persistencia su desacuerdo con las autoridades religiosas o políticas. Asimismo, diferirán las ideas sobre lo que constituye un tratamiento adecuado para los diferentes estados mentales. La evidencia de cierto pensamiento anormal que pudiera ser castigado deliberadamente en una cultura, podría ser tratado en otras culturas por medio de participación social, aislamiento, apoyo social incrementado, oraciones, entrevistas prolongadas o procedimientos médicos.

Los individuos difieren de manera importante en su capacidad para enfrentar medios generadores de estrés. La tensión en la niñez puede ser particularmente difícil de tratar y, puesto que puede conformar la experiencia y el pensamiento subsecuentes del niño, puede tener efectos duraderos en la salud psicológica y la adaptación social de una persona. La gente también difiere en su manera de enfrentar el trastorno psicológico cuando éste ocurre. Con frecuencia, las personas reaccionan a la angustia mental negando que tienen un problema psicológico. Aun cuando reconozcan que sufren una alteración, pueden argumentar que no tienen dinero, tiempo, ni apoyo social necesario para buscar ayuda. Los trastornos de conducta prolongados pueden causar fuertes reacciones por parte de la familia, supervisores de trabajo y autoridades civiles, que aumentan aún más la tensión en el individuo.

El diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales pueden ser muy difíciles porque la mayor parte de la vida mental de los individuos no es accesible ni siquiera para ellos. Cuando se recuerda el nombre de alguien, por ejemplo, el nombre parece sólo venir a nosotros la mente consciente no tiene idea de cuál fue el proceso de búsqueda. Del mismo modo, se puede experimentar miedo, coraje, o depresión sin saber por qué. De acuerdo con algunas teorías sobre el trastorno mental, estos sentimientos pueden resultar de pensamientos preocupantes o de recuerdos que no pueden volverse conscientes porque se encuentran bloqueados. En los tratamientos basados en tales teorías, pueden buscarse pistas sobre pensamientos inconscientes en los sueños o los lapsus linguae de los pacientes, de modo que se alienta al paciente para que hable larga y libremente, a fin de que exprese las ideas que lo preocupan para poder tratarlo.

Algunos tipos de trastornos psicológicos graves, que alguna vez se pensó que eran solamente espirituales y mentales, tienen una base en la anormalidad biológica. La destrucción del tejido cerebral por tumores o vasos sanguíneos rotos, puede producir una variedad de síntomas de conducta, que dependen de las partes afectadas del cerebro. Por ejemplo, las lesiones cerebrales pueden afectar la capacidad para reunir palabras de manera comprensible o para entender el habla de los demás, también puede causar arrebatos emocionales sin sentido. La deficiencia o exceso de algunas sustancias químicas producidas en el cerebro pueden causar alucinaciones y depresión crónica. El deterioro mental que ocurre algunas veces en el anciano puede ser producto de enfermedad real del cerebro. La anormalidad biológica no necesariamente produce la disfunción psicológica por sí sola, pero hace a los individuos muy vulnerables a otras causas del trastorno.

Por el contrario, los estados emocionales intensos tienen algunos efectos bioquímicos claros. El miedo y el coraje favorecen la liberación de hormonas en el torrente sanguíneo, lo cual prepara al cuerpo para la acción pelear o volar. La angustia psicológica puede afectar también la vulnerabilidad de un individuo a la enfermedad biológica. Existen algunas pruebas de que los estados emocionales intensos o crónicos pueden producir algunas veces alteraciones en los sistemas nervioso, visceral e inmunológico. Por ejemplo, el miedo, el enojo, la depresión y hasta la decepción pueden conducir al desarrollo de cefaleas, ulceras e infecciones. Estos efectos pueden hacer al individuo aún más vulnerable a la tensión psicológica creando un circulo vicioso de disfunción. Por otro lado, hay pruebas de que los contactos sociales y el apoyo pueden mejorar la capacidad del individuo para resistir ciertas enfermedades o minimizar sus efectos. Top button


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